Algunas supersticiones son parte del imaginario mundial y otras cambian de una cultura a otra. El libro Gatos negros, escaleras y espejos de Willow Winsham, donde se recopilan 100 creencias de todo el mundo. Aquí te mostraremos las 10 supersticiones más curiosas, sus orígenes y significados.

1. Comer de noche

Todos hemos oído que cenar muy pesado en la noche es malo para la digestión, o que incluso hay ciertas frutas, como la sandía, que no deben comerse tarde porque pueden ocasionar dolores estomacales. Haya o no evidencia científica sobre esto, pareciera un gran consejo para una buena dieta e higiene del sueño.

Pero en varios países esto es en realidad una advertencia que va más allá del bienestar físico. En Turquía, si mascas chicle de noche, se dice que estás masticando la carne de los muertos. Si comes en la oscuridad en Tanzania, en realidad estás cenando con el diablo.

2. El ritual de los pasteles

Cuando es cumpleaños de alguien, una parte del proceso de felicitación es que el festejado sea el primero en partir el pastel. ¿Alguna vez te percataste de que esto es en realidad una superstición? Dependiendo del lugar, se pueden agregar más reglas, como tener el filo hacia arriba o no cortar los pasteles de varios pisos desde el primer nivel.

En Suecia y en Dinamarca la superstición aumenta. Servir la rebanada y que ésta se caiga de lado en el plato puede significar soltería o que tendrás una suegra malvada, y para contrarrestarlo deben decir “Pan y mantequilla”.

3. Los palillos

Todas las culturas tienen rituales y supersticiones específicas alrededor de la comida que debemos aprender cuando comemos su gastronomía, pues podríamos cometer errores muy graves.

En China y Japón la posición de los palillos en la mesa es de suma importancia debido a que podrían atraer a la muerte. En ninguno de los dos países debes encajar los palillos en el tazón del arroz debido a que en los funerales se ofrenda de esta forma a los espíritus por si tienen hambre. En Japón no puedes ni siquiera apoyar los palillos dentro de ningún plato, pues semeja el número cuatro (shi), que suena muy parecido a la palabra muerte (shinu).

4. Poner el sombrero en la cama

¿Qué tienen los jamaiquinos, los cowboys del Viejo Oeste y los gángsters en común? Ninguno de ellos pone sus sombreros encima de la cama, pues atrae la mala suerte. Los dos primeros consideran que debe haber un lugar específico en la casa para acomodarlos y que, en caso de que se necesite ponerlos sobre la colcha, la copa debe quedar contra ella. Se cree que la creencia surgió para evitar la propagación de piojos.

Por su lado, la superstición de los gángsters también tiene un origen muy lógico: los enemigos podían esconder sus armas debajo de los sombreros en la cama sin que nadie se diera cuenta, por lo que la mala suerte era en realidad un posible asesinato.

5. Cortarse las uñas en la noche

Como puedes ver, muchas supersticiones tienen un origen lógico. Ésta es una de ellas, pues nadie consideraría que es buena idea cortarse las uñas en la oscuridad, es una herida garantizada. Para evitar que la gente se lastimara, se creó el rumor de que hacerlo acarrearía malas cosas a los hogares.

Te asombrará la cantidad de culturas que comparten esta creencia: Turquía, Filipinas, Egipto, India, China, Japón y Malasia. Hay algunos lugares en donde incluso llegaron más lejos y, dependiendo de lo que quieras atraer, debes cortarte las uñas un día distinto de la semana. Así que si te quieres volver rico, el jueves en la mañana es tu opción ideal.

6. Los relojes

En la era de los relojes digitales, estas supersticiones podrían parecer un poco obsoletas, pero en su momento fueron de vital importancia. En el siglo XIX tenían mucho cuidado con no dejar de darle cuerda a los relojes para evitar que se detuvieran, pues cuando esto ocurría, se anunciaba una muerte. El origen de esto se encuentra en que cuando fallecía una persona, se paraban los relojes a propósito para recordar la hora de la defunción.

En China hasta hoy en día, regalar un reloj de pared es considerado una afrenta, pues anuncia la muerte de alguien.

7. Subir plátanos a un barco

Si te vas de fin de semana a la playa y se te antoja pescar o lanzarte a mar abierto desde una lancha, ten en cuenta que no debes llevar plátanos. Prácticamente alrededor de todo el mundo, se considera que estas frutas son las causantes de fallas en los motores, malas pescas e incluso hundimientos.

Las posibles explicaciones de esta creencia son muy interesantes. Por un lado, cuando un barco naufraga una de las pocas cosas que permanece flotando son los plátanos, por lo que su presencia en los navíos es un recordatorio de accidentes trágicos. Además, todos sabemos que los plátanos en sólo cuestión de horas pasan de estar maduros a echados a perder, por lo no durarán mucho a bordo

8. Sentarse en la esquina de la mesa

Si estás en Rusia y quieres conseguir un esposo, te recomendamos alejarte por completo de las esquinas de las mesas. Para ellos, sentarse en ese lugar es garantía de estar siete años soltero, por lo que el lugar se mantiene reservado para las personas casadas o para los niños que no tienen prisa por conocer al amor de su vida.

Antiguamente en la distribución de los lugares de la mesa, las esquinas eran las destinadas a las personas solteras que no podían sentarse con su pareja en los lados, así que una cuestión de logística terminó transformándose en mala suerte.

9. Cuidados al tejer

Islandia suena como un buen lugar para aprender a tejer, en su clima tan frío nada como ponerse a hacer suéteres y bufandas. Pero si estás al aire libre debes resistir la tentación, pues podrías alargar el invierno.

Además, tanto las agujas de tejer como los saleros tienen algo en común: no debes pasar ninguno de las dos de mano en mano, sino ponerlos primero sobre una superficie y que la otra persona los agarre. Aunque para las agujas es una superstición, está relacionado con no encajar nada por accidente en las manos de los demás.

10. Utilizar el mismo cerillo

De acuerdo con una superstición del siglo XIX, no debes encender tres cigarros con un mismo cerillo, pues el último fumador morirá. Esto se difundió sobre todo en los ejércitos, donde decían que encender el primer cigarro alertaba al enemigo, el segundo lo ayudaba a apuntar y el tercero era la víctima.

Pero también puede tener un origen económico, ya que un fabricante de fósforos empezó a difundir el mito con el objetivo de vender más cerillos. Sea cual sea el verdadero origen, nada cuesta ocupar uno más y alejar la mala suerte.

Aquí te mencionamos algunas de las más curiosas, pero se encuentran en todas nuestras actividades cotidianas: ponerte tu playera de la suerte en un partido, tocar mader, acariciar un cuarzo antes de salir a la calle y cruzar los dedos para que algo suceda. Gatos negros, escaleras y espejos recopila 100 supersticiones de todo el mundo que no podrás creer.