Existe un juego metaliterario muy popular e interesante en el que los escritores inventan dentro de sus propias creaciones otros libros, haciendo referencia a estos de forma tan verosímil que sin duda más de una persona ha ido a la librería a buscarlos. Aquí te enseñamos algunos ejemplos de libros que no existen, pero nos encantaría que salieran de la ficción.

1. Necronomicón

Probablemente el más popular de esta lista sea el Necronomicón de Abdul Alhazred el “árabe loco”. Inventado por H. P. Lovecraft dentro de Los mitos de Cthulhu. A lo largo de varios relatos, Lovecraft explicó no sólo de qué trataba este libro prohibido, sino incluso cuál fue su travesía histórica.

Abdul Alhazred fue un árabe nigromante que poco antes de morir vació todos sus conocimientos en el Necronomicón o Libro de los muertos por ahí del año 738 d. C. De acuerdo con la historia, el escritor recibió esta información de unos seres extraños que le revelaron los secretos y rituales del mundo.

La obra está dividida en cuatro partes y relata el origen del Universo, así como el papel de los dioses; magia, rituales y secretos ancestrales, y el futuro que le depara a la humanidad. De acuerdo al propio Lovecraft, quien termine de leer este libro se volverá loco.

El Necronomicón es tan famoso que muchas personas han llegado a creer que existe o existió en algún momento. Lovecraft logró plantear una obra tan compleja y completa dentro de la ya de por sí magistral historia de Cthulhu. Aunque nunca haya sido escrita, forme parte del canon literario de terror.

2. Elaboración de pociones avanzadas

Cuando leíste Harry Potter sin duda te percataste de todos los libros de magia que tenían que llevar de una clase a otra. Ya sean sobre criaturas míticas, botánica o historia de la magia, estas obras recogen todo lo que a unos muggles como nosotros nos encantaría aprender de su mundo.

Uno especialmente popular y que contiene las herramientas para volverte un verdadero mago es Elaboración de pociones avanzadas. Este libro, que tristemente no existe, aparece tanto en los libros, como en las películas y videojuegos, ya que es una lectura obligatoria para todos los estudiantes que obtuvieron calificaciones sobresalientes a lo largo de sus estudios.

A pesar de que es libro ficticio dentro de Harry Potter hecha por J. K. Rowling, existen muchas formas de acercarte lo que es ser un mago. En el Hogwarts Trunk Collectible Set encontrarás, dentro de tu propia maleta, un diario, una varita-pluma, réplicas de la carta de aceptación de Harry Potter a Hogwarts, tu propio boleto de tren para el Hogwarts Express, el Mapa del merodeador y hasta una entrada a un partido de Quidditch.

3. Manual práctico de apicultura

Sherlock Holmes es reconocido por su gran inteligencia, astucia y habilidad al momento de resolver delitos y atar cabos. Pero como toda historia, también tiene que llegar a su final, por lo que Arthur Conan Doyle decidió darle una jubilación placentera en una aldea al sureste de Inglaterra.

Durante ese tiempo, Holmes se dedicó a desarrollar pasatiempos más acordes a los de un hombre retirado de 50 años, entre los que se encontraba la crianza de abejas reinas. A lo largo de los años de descanso, Holmes escribió un libro titulado Manual práctico de apicultura, que tiene una importancia fundamental en el regreso del detective a las aventuras.

En el cuento “El último saludo”, Holmes y Watson deciden suspender su jubilación para ayudar al primer ministro a atrapar al espía alemán más importante escondido en el Reino Unido. Para lograrlo, se infiltran en la línea de operaciones y hacen llegar documentos falsos al espía para así desbaratar todas sus artimañas. ¿Qué crees que fue lo que le entregó en lugar de los valiosos papeles con información confidencial? Sí, su bello Manual práctico de apicultura.

4. Don Quijote, de Pierre Menard

Uno de los elementos más fuertes en la literatura de Jorge Luis Borges es la metaficción. Gracias a la erudición que buscaba representar en sus creaciones, muchas veces con ironía y sentido del humor, varios de sus cuentos están plagados de referencias a obras ficticias.

Entre estas obras destaca el Don Quijote de Pierre Menard, un escritor imaginario, amigo de Borges de quien decide hacer un estudio pormenorizado de sus creaciones tras su muerte en “Pierre Menard, autor del Quijote”. Los dos capítulos y medio que logró escribir desaparecieron y ni siquiera Borges tiene acceso a ellos.

En realidad Pierre Menard no buscaba reinterpretar el Quijote de Cervantes, ni hacer un resumen, ni copiarlo: “su admirable ambición era producir unas páginas que coincidieran, palabra por palabra y línea por línea­ con las de Miguel de Cervantes”.

Aunque pudiera parecer un ejercicio humorístico, en realidad el relato cuestiona profundamente cuáles son los límites de la autoría, los recursos de los escritores, la influencia de los clásicos y la recepción de textos literarios.

5. La langosta se ha posado

Philip K. Dick escribió obras maestras de ciencia ficción como ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, pero también incursionó en subgéneros como la ucronía. The Man in the High Castle es una de las mejores representaciones de este subgénero.

La trama de The Man in the High Castle, está ubicada en Estados Unidos quince años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, que fue ganada por los países del Eje. Japón y Alemania se repartieron el territorio de Estados Unidos y el libro está compuesto por varios hilos de subtrama, desde comerciantes, personas que pierden su fe, espías y revolucionarios.

Dentro de este contexto, existe un libro titulado La langosta se ha posado de Hawthorne Abdensen, quien también hace una ucronía y escribe una novela en la que retrata qué habría pasado si en esa realidad hubieran ganado los países Aliados. Sin embargo, lo que plantea no es nuestra vida, sino otra un poco distinta, donde el Reino Unido fue quien logró vencer a Alemania, Japón y a Estados Unidos, y se convirtió en la mayor potencia económica mundial.

En esta lista encontrarás autores tan buenos que fueron capaces de crear historias completas dentro de sus invenciones.