Cuando somos niños es común que los adultos y, sobre todo nuestra madre, nos indiquen constantemente las reglas sociales y los buenos modales, nos insistan en que digamos “por favor” y “gracias”, se aseguren de que no juguemos con nuestra comida y que nos cubramos la nariz y la boca al estornudar.

A veces, al ser pequeños, tantas reglas y códigos de etiqueta pueden resultarles extraños y tediosos, por ello, hoy te platicaremos sobre un libro infantil con el cual podemos enseñarles buenos modales a nuestros pequeños de una manera divertida y amena.

Un libro ideal para enseñar modales

Cuando uno hojea La súper guía de los buenos modales no puede evitar sonreír y dejar escapar una ligera risa y es que sus páginas están repletas de personajes exagerados, dramáticos y curiosos rompiendo cuanta norma social se les ocurre. Desde conejos tomando sin permiso los caparazones de las tortugas, hasta amables cocodrilos pidiéndole, con educación, a un león un cachito de su rabo a modo de aperitivo.

Hipopótamos, lobos, osos, cerdos, conejos, alces, perros, tortugas, elefantes, jabalíes y muchos más animales desfilan entre las páginas, portando colores llamativos y extravagantes mientras hacen sus travesuras, las cuales permiten imaginar las consecuencias de no portarse bien.

El álbum, creado por el artista y escritor Philippe Jalbert, está pensado para niños de entre 3 y 6 años y contiene más de 70 reglas básicas de convivencia ilustradas de manera cómica. Es idóneo para leer a ratitos con nuestros hijos e invitarlos a reflexionar sobre lo que está pasando con los personajes, incitándolos a que ellos mismos identifiquen la importancia de seguir las normas sociales.

Otra forma de aprovechar al máximo este libro, es leyendo cada día uno de los buenos modales para que sea más fácil asimilar, practicar y tener presentes la mayor cantidad de buenas conductas.

La importancia de los modales

Enseñar y practicar buenos modales contribuye a generar espacios positivos donde no haya situaciones de agresividad. Cuando la cortesía y el respeto escasean, aumentan las situaciones de violencia. Por otro lado, cuando los individuos nos comportamos de manera respetuosa y considerada, es más f��cil que las personas a nuestro alrededor respondan de manera similar, logremos crear más vínculos sanos y consigamos abrir puertas profesionales en nuestro camino durante la adultez.

Sin duda, los buenos modales van de la mano de una buena educación, sin embargo, universidades como la UNAM, la Universidad de Navarra, la Universidad de California, entre otras, han señalado un deterioro social en el uso de éstos en los últimos años. Entre diversas causas como el pensamiento narcisista y la falta de límites durante la infancia, señalan que hoy en día nos hemos enfocado en la enseñanza de competencias técnicas, dejando de lado la transmisión de los valores y el civismo.

Por ello, es importante retomar la enseñanza de los buenos modales, sobre todo desde la infancia, pues será más fácil inculcarlos entre más pronto comencemos, ya que desde los 18 meses, por increíble que parezca, los bebés comienzan a comprender que existen reglas sociales. Establecer límites de manera positiva explicándoles las consecuencias de sus actos les ayudará a familiarizarse con las reglas básicas de convivencia.

Aunque sean pequeños, ellos son capaces de comprender lo que les decimos, así como de captar el efecto de sus actos en nuestro estado de ánimo. Si al inicio, cuando son niños nos reímos si dicen groserías u omiten ser amables, nuestros hijos comprenderán que está bien comportarse de esa manera y seguirán replicando su actitud. Por esa razón es importante guiarlos desde sus primeros años de vida.

Así que nunca es muy temprano para comenzar a transmitir los buenos valores y modales a nuestros niños, ante todo es imperativo enseñar con nuestro ejemplo, pero también hay otras herramientas que nos pueden ayudar a reforzar estos comportamientos positivos como es el caso del libro infantil La súper guía de los buenos modales.

Los modales y la crianza cooperativa

Por lo general, se suele asumir que son las mamás las encargadas de inculcar los valores y guiar la crianza de los hijos, sin embargo, todos podemos contribuir en la educación de los niños y las niñas. Recientemente, se ha retomado el concepto de la crianza cooperativa o la crianza en tribu, como respuesta y alternativa al estilo individualizado de la educación. Ya que, esta crianza, basada en la delegación total de la responsabilidad en los padres, ha primado en las últimas décadas sobreexplotando a la mujer al delegar sólo en ella la responsabilidad del cuidado del bebé.

La crianza cooperativa es un sistema en el que los bebés son cuidados por células sociales más amplias que los padres, es decir, las tías y tíos, abuelos, hermanos, primos, padrinos, amigos, entre otros, colaboran con el cuidado del infante transformándose también en modelos de aprendizaje para los pequeños y convirtiéndose en redes de apoyo para los papás.

Otros beneficios relevantes de este modelo es que propicia el intercambio y enriquecimiento de conocimientos, pues los miembros que ya han pasado por la paternidad pueden orientar a los padres primerizos, brindándoles no sólo apoyo emocional y psicológico, sino también permitiéndoles desahogar sus miedos y resolver diversas dudas e inquietudes. Además, los niños que crecen bajo estos sistemas lo hacen rodeados de diversas perspectivas, valores, conocimientos, habilidades y modales.

Seguro tú también tienes en tu círculo cercano a unos padres a los que apoyar y a una niña o un niño al que puedes inspirar y guiar a portarse mejor con el libro infantil La súper guía de los buenos modales y, sobre todo, con tu ejemplo. Si quieres seguir conociendo más temas sobre crianza y paternidad, continua leyendo nuestro blog y si deseas encontrar literatura infantil ideal para tus pequeños no dejes de visitar nuestro Librero.