¿Alguna vez has leído un texto dramático? ¿Piensas que es difícil y aburrido? ¡Para nada! Lee este artículo para conocer más sobre la lectura de una obra de teatro y por qué es tan entretenida y fácil de leer.  Estimula nuestra imaginación  Al leer un texto teatral, tienes que empezar desde cero. No puedes ver a los personajes ni el escenario; tampoco es posible escuchar las voces ni ver los ademanes de las actrices y actores. Tienes que imaginarlo todo.  Es una representación mental en la que construimos todo: el escenario, los personajes, las vestimentas, etc. Si crees que no tienes mucha imaginación, también es un excelente ejercicio. Además, puedes leer en voz alta para ayudarte un poco.  Lectura fácil y fluida   Leer una obra de teatro es sencillo gracias a la fluidez de la mayoría de este tipo de textos. Diseñados para representarse, tienen en las acotaciones (o didascalias) un contexto y descripciones claras, mientras que el diálogo –que es la base de un texto dramático– es fluido y fácil de comprender.  Incita la curiosidad  Tomar de forma inocente una obra teatral y comenzar a leerla puede llevarte a investigar más sobre el barroco, naturalismo o corriente artística en la que se ciñe la obra. También es posible que tengas curiosidad por la Inglaterra isabelina, la Nueva España o cualquier otra época histórica o país.  Un texto dramático también puede llevarte a conocer más sobre la o el autor y, en el mejor de los casos, a desear ver la puesta en escena: ¡a ir al teatro!  No necesitas conocimientos en teatro  Para leer un texto teatral no necesitas saber de teatro. Su facilidad de lectura, tanto en el contexto como los diálogos, nos permiten imaginar el escenario y la situación con poco esfuerzo.  Por supuesto, la experiencia del teatro es maravillosa, ya que nos permite conocer las técnicas de interpretación, asir al personaje y representarlo o conocer las cuestiones técnicas de una puesta en escena, desde los materiales y herramientas necesarias para el montaje, hasta el manejo del sonido y la iluminación. El teatro es todo un mundo, pero no necesitas saber nada de esto para leer teatro.  Solo necesitas comenzar a leer; verás que entrarás de lleno en la historia.  Puedes leer en voz alta  ¿Quién dijo que debemos leer en silencio? Históricamente se ha asociado la lectura en silencio como la forma adecuada de leer, pero olvidamos que leer en voz alta es una actividad que tiene muchos beneficios.  Cuando leemos en voz alta ejercitamos nuestra dicción, aprendemos a modular nuestro volumen y tono de voz, perdemos el miedo a hablar en público y ganamos confianza en nosotros mismos. Los textos dramáticos son ideales para leerse en voz alta; mejor dicho, están hechos para leerse en voz alta. Así que, leamos teatro en voz alta, sin miedo y sin tapujos.  ¿No sabes por dónde empezar?  Si no tienes mucha experiencia leyendo teatro, no te preocupes, también te damos algunas recomendaciones para iniciarte en este increíble mundo.  Puedes comenzar por leer alguna pieza teatral de la Grecia Antigua. De esa época sobreviven Las abejas de Aristófanes (morirás de risa). También te interesará El Avaro de Moliere. Si prefieres el teatro dramático, Otelo de William Shakespeare es ideal o Los miserables del Víctor Hugo francés.  Si tus gustos son más experimentales, Bertolt Brecht es ideal para ti. Por supuesto, no puede faltar una recomendación de sor Juana. Aunque debes leer con cuidado, porque la sintaxis barroca puede ser complicada.  ¿Qué piensas ahora de los textos teatrales? Sin duda, es un gran género para leer, imaginar y aprender.