Antón Chéjov es uno de los mayores referentes del cuento en la literatura universal. Sus historias, estructuras y estilo marcaron un antes y un después en la narrativa, por lo que no puedes perderte sus libros. En esta nota te explicaremos quién fue y cuál es el gran valor de su obra.

La vida de Chéjov

Antón Pávlovich Chéjov nació en Taganrog a principios de 1860. Creció en una familia de siervos liberados y vivió su infancia en medio de una gran miseria. Realizó estudios en medicina, profesión que ejerció mientras comenzaba su carrera literaria. En un principio escribía textos humorísticos en un semanario para ganar algo de dinero, pero con el tiempo comenzó a apasionarse más por las letras y dejó las consultas médicas.

Antes de cumplir los 30 años, Chéjov ya era un escritor reconocido y publicaba en varios de los periódicos más importantes del Imperio ruso. Su vida artística y personal fue muy tranquila durante unos pocos años, hasta la década de los 90, cuando ocurrieron dos eventos que cambiaron su vida.

El primero fue su visita a las kátorgas (o prisiones) de Siberia, en donde los presos vivían en las condiciones más deplorables posibles (recordemos que el propio Dostoyevski pasó unos años aquí). Tras ver todas las atrocidades del lugar, comenzó a inclinar su ideología política hacia la izquierda, esto también se vio reflejado, por su puesto, en sus siguientes creaciones. En El violín de Rothschild y otros relatos podrás leer los cuentos que representan de mejor forma esta nueva literatura de Chéjov.

El segundo evento importante es su rotundo éxito en el mundo del teatro con La gaviota, una de las obras dramáticas más relevantes de la literatura rusa, gracias a su innegable calidad literaria y a la magistral puesta en escena de Konstantin Stanislavski. Después de este acontecimiento, alcanzó renombre nacional que sólo le duraría poco tiempo, pues murió a la edad de cuarenta y cuatro años como consecuencia de la tuberculosis que contrajo durante su labor como médico desde muy joven y que afectó su vida desde entonces.

La Rusia del siglo XIX

Chéjov vivió los últimos años de gloria del Imperio ruso antes de que se desataran las revoluciones que llevaron a su caída.

El final del siglo XIX fue muy convulso en la historia rusa. Desde hacía algunos años se estaba fraguando una guerra entre los rusos y Japón. Corea, en su intento de liberarse del yugo japonés, buscó apoyo en el gobierno ruso. En 1904 Japón le declaró la guerra a Rusia y poco más de un año después obtuvo la victoria, en parte por su gran estrategia militar, pero también por los conflictos internos que sufría el Imperio ruso.

Fue precisamente el triunfo de Japón lo que terminó por desatar la Revolución de 1905. Miles de obreros, campesinos, mujeres y niños se manifestaron en contra del gobierno por la crisis económica, desigualdad social y desempleo. En este contexto, Chéjov escribió sus obras más importantes, de las que te hablaremos a continuación.

Sus creaciones

Chéjov escribi�� dramaturgia y cuento. El segundo fue su principal género y el que siempre cultivó. La dramaturgia estuvo más bien determinada por los éxitos en escena y no es tan extensa. A pesar de esto, Chéjov escribió importantes obras de teatro. Sus piezas más famosas son La gaviota, El tío Vania, Las tres hermanas y El jardín de los cerezos, en este ��nico tomo de Cátedra puedes leerlas todas.

Tanto en los relatos como en el teatro, el autor reflejó la realidad de su país, pero sin dejar de lado la profundidad emocional de los personajes. Precisamente estos son los elementos mejor logrados de su escritura: las personas que pueblan sus narraciones se insertan en situaciones cotidianas y sencillas, sin cualidades espectaculares, pero por ello mucho más reales y auténticas. El libro en el que se percibe mejor esta característica es El beso y otros cuentos.

Otra característica de sus creaciones es la cruda tristeza y melancolía. Chéjov fue testigo de innumerables injusticias, sufrimientos y aberraciones de la humanidad. En cada uno de sus textos encontrarás proyecciones de sus propios sentimientos de desesperanza.

A diferencia de los demás escritores rusos de su época, como Tolstoi y Dostoyevski, él se decantó por los textos breves y concisos. Debido al gran número de relatos que escribió, una buena forma de tener un panorama general es Los mejores cuentos, pues este libro recoge sus obras fundamentales.

Antón Chéjov escribió acerca de fenómenos muy concretos y precisos de su propio contexto, pero como todo gran autor clásico, apeló a condiciones humanas que trascienden cualquier tiempo. Su obra influyó en autores tan dispares como Raymond Carver, Arthur Miller y James Joyce, por lo que leer a Chéjov es conocer las bases del cuento del siglo XX y de nuestro propio siglo.