Rara vez nos ponemos a pensar en las personas detrás de los bandos y los gobiernos implicados en las guerras, mucho menos pasan por nuestra mente aquellos que desde trincheras tan improbables como la cultura o la diplomacia aportan su parte para eso que se conoce como “hacer historia”.

Tal es el caso de Gilberto Bosques, diplomático mexicano que durante la Segunda Guerra Mundial salvó miles de vidas. Su extraordinaria historia llegó a oídos de la escritora mexicana Mónica Castellanos quien decidió relatarla en la novela ganadora del Premio Antonio García Cubas 2019, Aquellas horas que nos robaron con la que nos regala una visión maravillosa del héroe mexicano que representó esperanza en un tiempo tan atroz.

Una historia que merecía ser contada

El nombre de Gilberto Bosques llegó a oídos de Mónica Castellanos por primera vez cuando leyó un artículo en el que se anunciaba que el gobierno austriaco le pondría su nombre a una calle en Viena. Fue cuando una travesía de investigaciones, lecturas, entrevistas y viajes comenzó para la escritora regiomontana.

Por medio de un minucioso trabajo de documentación y de investigación en el archivo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, de múltiples entrevistas con sobrevivientes, entre los que destaca la propia hija de Gilberto Bosques —a quien está dedicado el libro—, Castellanos nos presenta una novela histórica que conmueve tanto por los terribles hechos de los años marcados por el Tercer Reich y el franquismo, como por la contundente prosa.

El diplomático que salvó miles de vidas

Gilberto Bosques desempeñó el papel de cónsul y embajador de México en Francia en un período que abarcó desde antes, hasta parte de la Segunda Guerra Mundial, durante el cual demostró un compromiso excepcional con sus responsabilidades diplomáticas. Su labor incluyó entre muchos otros actos ���como proveer de dos castillos que fungieron como refugio en Francia— la destacada gestión de la llegada a México de una gran cantidad de refugiados provenientes de España, Alemania, Francia y otras naciones. Entre estos refugiados se encontraban figuras prominentes quienes contribuyeron significativamente al desarrollo de la cultura mexicana contemporánea.

Inicialmente, fue enviado para velar los intereses de los mexicanos en la Francia no ocupada por los nazis, pero pronto la situación de los refugiados tanto del enfrentamiento mundial como de la Guerra Civil Española lo llevarían a tomar medidas necesarias para darles asilo en México. Medidas que finalmente resultaron en el decreto del presidente Lázaro Cárdenas que permitió la llegada de los refugiados del que se conocería como exilio español en México.

Novelar varias vidas

A través de diferentes narradores entre los que se encuentran Laura Bosques, la hija del diplomático, la ficción histórica que nos presenta Mónica Castellanos en Aquellas horas que nos robaron comienza con el nacimiento del propio Gilberto pero en el camino se atraviesa por otras vidas, esas que ayudó a continuar.

Conocemos entonces a Guillermina Giralt y a Francesc Planchart, dos huérfanos ficticios que luchan por salvarse. Estos personajes de ficción en los que se apoya la trama principal enriquecen el corte histórico de la novela, pues en ellos se vierten las experiencias reales de los sobrevivientes de los campos de internamiento a los que entrevistó la autora. A su vez, los capítulos no siguen una secuencia cronológica, como la propia memoria, la narrativa se mueve en el tiempo y es así como podemos leer un capítulo de Cerbère en 1937 y al siguiente transportarnos a Puebla en 1922.

En el capítulo 85 de Aquellas horas que nos robaron Mina Giralt reflexiona sobre “los días buenos. Esos días idos, arrebatados, sepultados, de aquellas horas que nos robaron”.

La novela de Mónica Castellanos nos plantea la interrogante que atormenta a los personajes y seguramente también a Gilberto Bosques en su momento: ¿Cuál es el sentido de la guerra? Dentro de la incertidumbre y el absurdo de los tiempos bélicos, Gilberto Bosques brindó esperanza a todas estas personas en el significado primordial del ser humano, la vida.

Mónica Castellanos

Nació en Monterrey, Nuevo León. Es egresada del Instituto Superior de Cultura y Arte de Monterrey y es cofundadora de la Editorial 42 líneas y del Centro de Estudios Familiares y Sociales. Además, se desempeña como conferencista.

Desde 2013, se ha enfocado en su gran pasión, la creación literaria. Entre sus obras se encuentran "Canasta de comadres" (publicada por Azul Editores en 2015) y "Aquellas horas que nos robaron, el desafío de Gilberto Bosques" (Primera Edición Grijalbo, 2018), que recibió el premio Antonio García Cubas 2019 en la categoría de Novela Histórica. En 2021, Grijalbo publicó su obra "El aroma de los anhelos". Y bajo el sello Hachette literatura ha publicado “Carbón rojo” (2023) y la reedición de su novela histórica.