Los niños muchas veces nos hablan en un lenguaje que no comprendemos del todo, principalmente cuando se trata de sus emociones. Más que desesperarnos o ignorar lo que sienten, debemos encontrar estrategias para que ellos puedan desenmarañar sus sentimientos y transmitirlos. Aquí te platicaremos de algunos datos sobre las emociones y te daremos algunas recomendaciones para que los ayudes a expresarlas.

Las emociones de cada etapa

Nuestro papel como padres es fundamental para que los hijos sean capaces de expresar sus emociones, pero en cada etapa de crecimiento sus sentimientos son distintos y, por lo tanto, también nuestras estrategias deben ser diversas.

El primer año de vida sus emociones son generalizadas y muy simples: llanto, disgusto, curiosidad, felicidad. Lo más importante en este tiempo es aprender a leer sus expresiones, así como lo que los estimula de una forma u otra. Esto será fundamental para que, cuando empiecen a ser capaces de expresar lo que sienten, identifiques qué emoción están sintiendo y los encamines por el camino correcto.

A partir del segundo año de vida tenemos que enseñarles a nombrar lo que sienten, sobre todo las emociones más básicas: enojo, alegría, miedo y tristeza. En este momento es fundamental el material visual de apoyo, pues una tarea tan fácil, como que los niños señalen el muñequito que refleja cómo se sienten, es la base para su desarrollo emocional en el futuro, a la vez que una guía clara para nosotros los padres.

Cuando cumplen tres años, es necesario comenzar a profundizar un poco más en sus emociones. Por ejemplo, si un perro ladra y nuestro hijo llora, el primer paso es reconocer el sentimiento y decirlo en voz alta: miedo; pero también agregar una pregunta: ¿por qué? De esta forma los niños serán capaces de comenzar a reflexionar sobre lo que genera determinados sentimientos en ellos, a la vez que les ayuda a ver su entorno de forma más objetiva.

Esto es, en realidad, una tarea muy compleja que se tiene que entrenar a lo largo de los años, pero que para los adultos es muy útil. Una vez que nosotros ya podemos identificar mejor qué reacciones de nuestros hijos son las que indican ciertas emociones, es momento de ayudarlos a que ellos solos se conozcan a sí mismos e identifiquen también los sentimientos de los demás.

Un libro muy bello para ayudarlos es ¿De qué humor estás hoy? de Masha y el Oso. La obra gira en torno a cuatro emociones básicas: tristeza, miedo, enojo y alegría, pero llevadas a niveles muy profundos. Cada una viene acompañada de una explicación de cómo se siente internamente, cuáles son los signos físicos, para qué sirve cada una y cómo sentirse mejor. Aparte, incluye cómics con situaciones con las que los hijos se pueden identificar, y así saber cuándo se han sentido así. Por ejemplo, el enojo está caracterizado por querer gritar muy fuerte, cruzar los brazos y apretar la boca; sirve, bien canalizado, para impulsarse a hacer mejor las cosas, y un consejo para manejarlo mejor es correr muy fuerte para despejar la cabeza.

Permitirles sentir todo

Un problema con el que los padres nos topamos en algunas ocasiones es que nuestros pequeños se desbordan emocionalmente, sea cual sea su sentimiento. Si se enojan, es probable que le peguen a alguien; si tienen miedo, lloran y se quedan pasmados; si se sienten felices, gritan y corren. Nuestro principal trabajo en estas ocasiones es ayudarlos a contenerse y manifestar esas emociones de forma que no dañen a nadie, pero jamás reprimiendo lo que están viviendo.

Si tu hijo está asustado y le dices “No tengas miedo”, tu intención es buena porque quieres tranquilizarlo y que confíe en ti, pero eso sólo invalida sus sentimientos. Lo mejor es reconocer lo que siente y pedirle que explore qué de su entorno lo está haciendo sentir así y cómo podría cambiarlo.

Ninguna emoción está mal y todas son válidas, por lo que no deben clasificarse en positivas o negativas, simplemente reflejan un sentimiento que existe, es real, y que bien canalizado los puede impulsar a hacer muchas cosas.

Que los niños expresen sus emociones de forma asertiva y aprendan a autorregularse depende completamente de los adultos que formamos parte de su entorno cercano, pero podemos ayudarnos de distintos materiales para hacer la tarea mucho más sencilla y divertida. Te aseguramos que si sigues estos consejos, tus hijos crecerán con una gran autoestima y una excelente capacidad para expresarse.