Cuando hablamos de feminismo puede resultar extraño el considerar a los hombres como partícipes de este movimiento, incluso muchas ramas del feminismo rechazan toda colaboración del género masculino en la lucha de las mujeres. No obstante, ¿qué pasa cuando una feminista da a luz un hijo varón? ¿Realmente es posible y óptimo permitir que ellos se mantengan al margen de este movimiento político? ¿Podemos plantear la posibilidad de hombres feministas?

A lo largo de este artículo buscaremos responder éstas y otras preguntas sobre la relación entre la crianza y el feminismo. También hablamos de un libro con consejos prácticos.

Antes que nada, ¿qué es el feminismo?

Según el Glosario para la igualdad, el feminismo es un movimiento político, social, cultural, económico y académico que busca crear conciencia, así como las condiciones adecuadas para lograr la igualdad entre las personas, eliminando toda forma de discriminación y violencia contra la mujer.

Pese a que el término fue usado por primera vez en 1968 por la periodista Martha Weinman Lear, ya desde el siglo XVIII y XIX diversas filosofas y activistas como Olympe de Gouges y Mary Wollstonecraft se habían manifestado por medio de acciones colectivas con la finalidad de conquistar el derecho al voto.

A partir de entonces, han surgido diversas olas o movimientos con la intención de dar solución y visibilizar problemáticas como la ausencia de derechos civiles, laborales, sexuales y reproductivos para la mujer; hacer evidentes los diversos tipos de desigualdad causados por las diferencias de clase, cultura, raza, etnia o preferencia sexual; y denunciar la cultura de la violación y el acoso sexual.

En resumidas cuentas, el feminismo ha buscado eliminar las estructuras de poder de la cultura machista y las violencias que de ésta derivan. Por ello, la mayoría de las iniciativas gestadas dentro del movimiento están pensadas por y para las mujeres, colocando la figura del varón como violentador y enfocando gran parte de los recursos a una postura de defensa y protección hacia la mujer.

La lucha contra la violencia de género

¿Y si en lugar de enseñar a las niñas a protegerse, enseñásemos a los niños a no violentar?

Un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid en 2020 titulado “Menores y Violencia de Género” evidenció qué chicas y chicos adolescentes tenían percepciones distintas sobre sus vivencias relacionadas con la agresión y el hostigamiento sexual.

Mientras la mayoría de las jóvenes reportaban en las encuestas haberse sentido violentadas; muy pocos varones lograban identificar sus acciones como violentas. Y es que, mientras se les ha enseñado durante años a las mujeres a reflexionar, identificar y nombrar los tipos de agresiones, los hombres no han tenido el mismo tipo de alfabetización, desarrollando una percepción muy pobre al respecto.

Por ello, desde diversos sectores de la sociedad, se ha planteado la importancia de reeducar tanto a niños como a niñas para desarrollar nuevas maneras de convivencia, libres de violencia, agresión o de roles estereotipados.

¿Es posible la existencia de hombres o niños feministas?

Algunas mujeres que han llegado a sufrir violencia de género en cierta etapa de su vida, cuando escuchan que su bebé será un niño, pueden llegar a sentirse angustiadas al preguntarse si lograrán salvarlo de las malas influencias de otros hombres, si acaso su hijo se convertirá en un ser machista, al igual que aquellos que la han herido, o si en el futuro también su hijo llegará a agredirla.

La escritora y periodista feminista Sonora Jha se miró atrapada en esta serie de cuestionamientos cuando le dieron la noticia de que daría a luz un varón. A partir de entonces se planteó criar a ese niño de tal manera que no representase un peligro para otras mujeres. Se propuso criar a un varón empático, humano y consciente de la importancia de la lucha feminista. Todo su proceso de crianza lo dejó plasmado en ¿Cómo criar un hijo feminista? Un libro de memorias y un manifiesto.

Según la autora, un hombre o niño feminista sería aquel que evite los estereotipos y trabaje de forma consciente para desmantelarlos, estando en contra de la misoginia, el patriarcado, el racismo y los sistemas que deshumanizan a las mujeres. Sería un joven con la capacidad y valentía para confrontar a sus pares, a otros hombres y, sobre todo, a sí mismo.

La idea en sí misma es maravillosa, no obstante, ¿es posible? Según la autora, lo es. Sin embargo, implica un arduo y constante trabajo de crianza consciente.

En su libro, a través de 13 capítulos, la escritora ofrece diversos consejos y acciones puntuales, así como múltiples recursos cinematográficos, literarios y obras infantiles que podemos usar a modo de herramientas.

Consejos prácticos de crianza feminista

El libro en sí es una joya imperdible de la crianza. Aquí te compartimos 14 de los más de 80 consejos prácticos que podemos implementar durante la crianza para guiar a los niños y jóvenes que nos rodean, desde una concepción y conciencia feminista:

1. Procura relajar los roles de género tradicionales dentro de casa. Permite que vean que mamá puede trabajar, estudiar o dedicar su tiempo libre a algo que disfrute y que papá también se hace cargo de las labores domésticas. Haz que ello sea algo normal y cotidiano.

2. Construye tu propia tribu feminista. Es decir, rodéalos de mujeres con posiciones de liderazgo y de hombres que rechacen la violencia como solución a los conflictos. Recuerda que los niños aprenden a través de la imitación, por ello será importante el observar la esfera de personas que rodean a nuestro hijo.

Elige en tus círculos cercanos personas diversas que le aporten experiencias de vida positivas y nutran su percepción sobre la necesidad de convivir bajo los valores de respeto, igualdad y equidad.

3. Apóyate de la literatura, el cine, las series televisivas y los videojuegos para transmitirles valores como la empatía, la inclusión y el respeto. Usa los buenos ejemplos para resaltar las virtudes y los malos para señalar el error y la injusticia. Invítalos a reflexionar y a tener una visión crítica.

4. Realiza una curaduría de la biblioteca de tu niño. Asegúrate de que los cuentos e historias que se hallan en ella tengan protagonistas femeninas fuertes e independientes. Busca que los protagonistas sean diversos en su etnia, color de piel, género, habilidades, cualidades, etc. El encontrar personajes diversos le ayudará a ser empático con las distintas perspectivas que convergen en el mundo.

5. Al leerles, no temas modificar las historias dándoles un nuevo giro o contexto. También puedes realizarles diversas preguntas a tus niños conforme les lees, cuestionando los estereotipos de género que pudieran aparecer.

6. Permítele a tu niño expresar sus emociones, sobre todo la tristeza y temores. Culturalmente tendemos a aceptar la tristeza en las niñas, pero no su enojo; mientras que en los niños aceptamos sus muestras de molestia, coraje e ira, pero no su melancolía o vulnerabilidad.

Esta limitación en las emociones va generando que los niños tiendan a transformar su tristeza en rabia, llegando a expresarla de forma violenta. Por ello es importante dejar que nuestros niños experimenten el amplio abanico de emociones, que sepan que no por sentir dolor y reconocerlo son menos hombres y que logren canalizar cada emoción de forma adecuada sin lastimarse a ellos mismos o a los otros.

7. Inculca en ellos la fidelidad a sí mismos y a sus valores para que, si el día de mañana ven una injusticia cometida por otros hombres, no se callen y no se conviertan en cómplices con su silencio. Enséñale a tu niño a reflexionar de manera crítica sobre el comportamiento y actitudes de los hombres a su alrededor.

8. Aborda el tema de las denuncias y su importancia. Cuando adquieran la edad pertinente, cuéntale tus propias experiencias sobre el #MeToo y otros actos de denuncia. Ayúdalos a dimensionar el problema y que sientan empatía por las víctimas y horror, indignación y desaprobación hacia los agresores.

9. Por difícil o incómodo que sea, habla con tus hijos sobre sexualidad abordando los temas según su edad y madurez. La educación sexual desde casa es muy importante. Que aprendan a ver el sexo no como un acto de poder y dominación o como un premio o meta, sino cómo un espacio y momento de conexión y placer mutuo.

10. Habla con ellos sobre la importancia del consentimiento explícito, que comprendan que no es no y que todo silencio u omisión sigue siendo una negativa hasta que de forma clara se exprese un sí o una afirmación. De la misma manera, fomenta en ellos los límites, tanto para que aprendan a decir no, como para que respeten cuando alguien más les da una negativa.

11. Inculca en tu niño la capacidad para aceptar sus errores, arrepentirse, responsabilizarse por ellos y disculparse. Fomenta la empatía hacia aquellas personas que hemos lastimado y la necesidad de reparar el daño.

12. Evidencia los privilegios estructurales que tienen como hombres. Hazlos conscientes de la desigualdad social y cultural e invítalos a reflexionar sobre si esto es algo justo.

13. Enséñales a realizar actividades tradicionalmente asociadas al rol femenino como cocinar, lavar los platos, barrer, trapear, lavar, tender, doblar y planchar la ropa. En resumen, dales las herramientas necesarias para ser independientes.

14. Ofréceles modelos de amor sano. Ya sea mediante tu ejemplo o apoyándote de la literatura y el cine, muestrales ejemplos de parejas con convivencia sana, para que en el futuro sepan identificar si se encuentren en una relación destructiva y puedan optar por relaciones estables, sin romantizar o idealizar las conductas peligrosas como los celos, el acoso y la manipulación.

Al hablar sobre los hombres que se han acercado al feminismo de forma acertada, Michael Kaufman señala, sobre todo, cinco razones: por una búsqueda de justicia, debido a la indignación que sienten ante la desigualdad que sufren las mujeres, por un sentido de culpa debido a los privilegios que poseen como hombres, por el horror ante la violencia ejercida por sus pares y, finalmente, por simple decencia.

¿Qué repercusiones tiene el feminismo en los hombres?

Cuando hablamos de criar hijos feministas o acercar el feminismo a los varones no buscamos imponer una ideología sino acercarlos a un humanismo más pleno, donde la empatía, la justicia, la igualdad y el respeto sean valores cotidianos y universales.

Como mencionamos al inicio, el feminismo busca romper los roles de género. Sin embargo, al momento de hacerlo, no sólo libera a la mujer de los códigos restrictivos sino también al hombre, permitiendo que ambos tengan relaciones más cooperativas y equitativas, donde las responsabilidades afectivas, laborales y sociales se logran distribuir de mejor manera reduciendo la violencia institucional e individual.

La masculinidad tóxica promueve una visión reducida del hombre, en la cual se le plantea como un sujeto dominante, fuerte, estoico, autosuficiente, alejado de su propia vulnerabilidad y, por tanto, alejado de sus emociones, de su amabilidad y ternura.

El énfasis excesivo de estos rasgos conlleva a los sujetos a perder de vista su humanidad. En una búsqueda desesperada por cumplir dichas expectativas, los hombres terminan por anular sus emociones y necesidades, llevándolos a estados de alta frustración que sólo los conducen hacia la agresividad, la necesidad de dominio, la hipercompetitividad, la represión, el aislamiento, entre otros.

El feminismo, al eliminar los roles de género, elimina también las expectativas sobre cómo deberían de ser tanto mujeres como hombres, permitiéndoles salir de esos roles tóxicos y volviéndolos seres más libres y auténticos. Así, al inculcar las bases del feminismo en las nuevas generaciones, tendremos niños más humanos, que vean la amabilidad como una cualidad universal y no sólo como una característica de un género determinado, por mencionar un ejemplo.

Formar a las nuevas generaciones en la igualdad nos dará como resultado un mundo más justo para todos.

El libro Como criar un hijo feminista de Sonora Jha es una excelente guía y herramienta en el complejo proceso de la crianza. En él, su autora nos orienta con su experiencia, con sus aciertos y errores, aborda temas difíciles, dudas comunes, inquietudes tales como ¿qué ocurre si nosotras mismas no somos buenas feministas? ¿Cómo saber si hemos conseguido criar a nuestros hijos con estos principios? ¿Cómo lograr abordar los temas de sexualidad con nuestros niños? ¿Cómo salvarlos de las malas influencias?, etc.

Si tú eres padre, madre, familiar, docente, amigo o de alguna manera tienes influencia sobre la crianza de un niño o adolescente, esta es una obra que no te puedes perder.