El duelo por la pérdida de un familiar es un proceso que los niños pueden llegar a experimentar, pero la realidad es que, por estadística, no es tan probable que lo vivan sino hasta la adolescencia o adultez. Lamentablemente, las muertes con las que sí pueden tener más contacto son las de sus mascotas, por la esperanza de vida de alguno de los animales.

La pérdida de sus compañeros peludos será el primer contacto que tengan con el duelo y es un suceso que afecta a toda la familia, en el que los padres deben tener un papel activo al momento de ayudarlos. Aquí te explicamos cómo hablarles del duelo por las mascotas a tus hijos.

Cómo viven los niños el duelo

Los niños pueden tener reacciones muy diversas ante la pérdida de su mascota. Mientras más pequeños sean, es más probable que no se percaten completamente de lo que está pasando; sin embargo, sí que notarán la ausencia de su amigo que los acompañaba todos los días. No creas que no sienten dolor sólo porque siguen jugando a pesar de la noticia: es lo más normal a su edad, pues todavía no tienen la capacidad de comprender algo tan abstracto como la muerte.

Cuando son un poco más grandes, sí que pueden vivir periodos de malestar emocional y físico debido a la pérdida de su mascota. Es común que tengan algunas regresiones por unos días, que se comporten de forma agresiva, que lloren de manera constante o que manifiesten su propio miedo a morir.

Ante estas situaciones es importante que, como padres, podamos ayudarlos a sentir esas emociones en libertad, al mismo tiempo que aprenden a dejarlas ir paulatinamente para que no se vuelvan un problema para ellos.

Recuerda que el dolor es normal, no significa que estén deprimidos o experimenten un trastorno mental. Sin embargo, es importante darles las herramientas adecuadas para que no desemboque en un problema más grave con el paso de los meses.

Ayudarlos a vivir el duelo

El primer acercamiento será el más complicado para los adultos: darles la noticia a nuestros hijos de que su mascota ha muerto. Lo mejor en este momento es decirles de forma concreta y directa, sin profundizar en detalles, que su compañero ha muerto. No utilices expresiones como “se fue a un lugar mejor”, “lo dormimos”, porque es demasiado abstracto para ellos y puede generarles muchas dudas y conflictos.

Cuando reciban la noticia, no tengas expectativas de cuál será su reacción. Permite que la digieran a su propio ritmo: si quieren estar acompañados, quédate a su lado; si necesitan estar solos, bríndales un espacio para pensar tranquilos; si su primera reacción es irse a jugar, no te preocupes, poco a poco entenderán la noticia.

Conforme pasen los días, contrario a lo que podríamos creer, lo mejor es invitarlos a recordar los buenos momentos con su mascota y permitirles hablar de ella. Al prohibirles pensar en su compañero, los estamos obligando a reprimir sus emociones e incrementarla sensación de dolor asociada con el recuerdo.

En cambio, si comienzan a rememorar con alegría las aventuras que pasaron, ten por seguro que poco a poco se sentirán mejor. Incluso es recomendable colgar una foto de su mascota en algún área común o hacer dibujos en donde aparezca.

Recursos de ayuda para padres e hijos

Para todas las personas, las mascotas representan un compañero de vida. Sin embargo, para los niños esta conexión muchas veces es más profunda, llegando incluso a considerarlos hermanos o mejores amigos. Comprender esto ayudará a entender la forma en que sienten su dolor.Para tener una idea más amplia de esto, algunos niños juegan a que sus peluches están enfermos y los tienen que curar, lo cual demuestra su preocupación hacia los animales de compañía. Como padres podemos participar con ellos en este juego de forma activa.

Otro de los valiosos recursos que podemos utilizar, teniendo en cuenta los recuerdos con la mascota y la empatía que debemos tener con nuestros hijos debido al vínculo cercano que tenían con ella, son los libros sobre el duelo por los animales, ya que en ellos encontrarán tranquilidad y resiliencia, y hasta los adultos.

Para esto te recomendamos dos materiales: The Invisible Leash y Mi amigo RamTamTam. En el primero, los niños aprenderán cómo, a pesar de que los animales ya no estén en este plano físico, siempre permanecerán al lado nuestro, pues nos conecta una correa invisible. Para poder sentirlos sólo hace falta abrirse al amor de sus recuerdos.

En Mi amigo RamTamTam, a través de preciosos dibujos, nuestros hijos se identificarán con las aventuras divertidas que vivieron con sus perros. Mientras tanto, reconocen cómo es natural en la vida que los animales envejezcan y eventualmente se vayan de nuestro lado, aunque siempre vivan en nuestro interior.

El duelo por las mascotas es un proceso complicado, pero muy natural, en el que los niños deben sentirse acompañados por los adultos. Con las herramientas mencionadas en esta nota, con seguridad tu pequeño comenzará a sonreír al recordar todo el amor de sus compañeros peludos.