La educación ecológica para los niños es una de las prioridades académicas en los actuales programas educativos. Desde preescolar se están tomando medidas para enseñar a los infantes cómo funciona el medioambiente y cómo cuidarlo. Desde aprender a separar la basura hasta reutilizar los materiales escolares, los colegios se preocupan por inculcar en los niños una nueva forma de ver y amar al mundo. Sin embargo, todos estos esfuerzos deben verse replicados en los hogares, donde los padres brinden una educación ecológica a sus hijos. 

Concientizarlos sobre las problemáticas medioambientales 

Es importante que los niños sepan cuáles son los retos ecológicos que hay actualmente para que así comprendan por qué se toman ciertas medidas para superarlos. Cuando sepan sobre la escasez de agua que existe en el mundo y la crisis energética, entenderán por qué es importante cerrar la llave del agua mientras se lavan los dientes o apagar la luz de las habitaciones donde no estén. Existe mucha información a su alcance con la que pueden enterarse sobre los problemas ambientales globales. Una buena fuente para que les resulte entretenido aprender sobre estos temas son los libros infantiles diseñados especialmente para ellos, por ejemplo ¿Cómo es tu energía? de Lucía Serrano, donde conocerán los tipos de energías limpias mientras se divierten. 

Reducir, reutilizar y reciclar 

En una época en la que la obsolescencia programada es una realidad que empapa a los niños día a día, resulta de vital importancia invitarlos a reutilizar los materiales que tienen a su alrededor, como las hojas para colorear; así como a transformar lo que ya parece inservible: convertir una playera rota en ropa para un muñeco, heredar a sus compañeros o hermanos los juguetes que ya no utiliza.  Recuerda que su aprendizaje no debe ser sólo teórico: mientras más prácticas y divertidas sean sus actividades ecológicas, más se impregnarán en su rutina diaria. Una forma amena para aprender a reciclar y volver su hogar un lugar amigable con el medio ambiente, se encuentra en Bienvenidos a mi casa ecológica, donde, siempre apoyados de elementos visuales, se divertirán mientras reciclan y reducen su basura. 

Interactuar con la naturaleza 

Mientras más se industrializan las ciudades, más se complica lograr que los niños tengan una relación sana y constante con la naturaleza. Para que tengan una educación ecológica, resulta importante exponerlos de forma regular a distintas formas de vida y ecosistemas. Salir los fines de semana a pasear al bosque o a convivir con animales de ganadería o insectos son formas sencillas de mantenerlos en contacto con la naturaleza y que creen un vínculo con ella. Así también se les inculcará el amor y respeto por las plantas y los animales. Estas salidas son también una buena oportunidad para recordarles recoger todos los desechos que generen a dónde van.  Si es muy complicado realizar estos paseos, también se puede comenzar por caminar o utilizar bicicleta en vez de automóvil: así conocerán el entorno en el que viven, reducirán sus emisiones de carbono y se ejercitarán  Tener una educación ecológica con los niños es una tarea que requiere de pequeños esfuerzos diarios que se terminarán volviendo parte de la vida diaria de la familia. La base de su educación ambiental se encuentra en la información, el amor y el aprendizaje. Estamos viviendo en un momento crítico para el medio ambiente, en el que las medidas para solucionarlo deben tomarse con urgencia, pero eso no implica que no pueda ser divertido para los niños.