La higiene personal es una actividad que se debe inculcar en los niños desde que empiezan a tener conciencia de su cuerpo. Durante el proceso, los padres tenemos que acompañarlos y hacer que las rutinas de limpieza sean algo divertido. Tres monstruos en el baño es el libro ideal para ayudarnos en esta tarea. En la obra seguirás la entretenida historia de tres monstruos: un bebé lobo, un vampiro y una brujita, en su proceso de autocuidado.

Dejar el pañal

Un momento decisivo en la vida de nuestros hijos es cuando dejan el pañal. Marca un antes y un después en su autonomía y madurez neurológica y emocional. No hay una fecha exacta en la que deban comenzar a usar la bacinica, por lo que es importante no estresarse y permitir que vivan libremente el proceso.

Pero si tuviéramos que ponerle una edad al momento ideal, sería antes de los tres años y medio. Esto se debe principalmente a que en la mayoría de los jardines de niños uno de los requisitos es que ya no usen pañal y sean capaces de ir solos al baño.

Los niños deben sentirse atraídos por la bacinica y por la idea de usarla. Lo mejor es conseguir una de colores llamativos y ponerla a un lado de la taza del baño. Los pequeños aprenden viendo, por lo que es bueno invitarlos a ver cómo papá y mamá utilizan el retrete. Mientras el pequeño los observa, puede ser que se siente en su propia bacinica, así sea con todo y ropa. Nunca los obligues a sentarse y deja que ellos solos exploren ese nuevo lugar.

Estos pasos pueden llevar varios días e incluso semanas, pero es importante que, como padres de un pequeño aprendiz, conservemos la calma durante todo el proceso y siempre abordemos el tema de forma positiva, felicitándolos cuando logren controlar sus esfínteres y animándolos cuando ocurran accidentes.

Justo esta es la historia del bebé lobo en Tres monstruos en el baño: el pequeño se da cuenta de que está creciendo y le gustaría dejar de sentirse incómodo con el pañal y sus olores, y aprender a utilizar el baño y limpiarse por sí mismo. El texto es muy divertido, si se lo lees a tus hijos, seguro se sentirán identificados y animados al igual que el lobo bebé.

Lavarse los dientes

El niño vampiro cree que asusta a todos sus compañeros porque sus colmillos son muy grandes, pero su abuela se da cuenta de que en realidad es su aliento el que aleja a los demás porque no se ha cepillado los dientes nunca y los tiene llenos del menú de la semana: frutas, verduras y hasta un poco de sangre del postre.

Sin embargo, la solución es muy sencilla: el vampirito aprende a lavarse los dientes con cuidado y gracias a eso consigue muchos amigos que lo admiran por su buen aliento y por el resplandor de sus colmillos.

La higiene bucal de los bebés empieza desde el primer día. Lo recomendado es que, después de comer o al menos una vez al día, limpiemos la boca del bebé con el dedo o una gasa humedecida para retirar cualquier resto de leche. Los bebés se acostumbran a este proceso con el tiempo y aprenden que es un lugar que debe limpiarse.

Los dientes de leche aparecen entre los seis meses y un año de edad. Desde que los vemos surgir entre las enc��as hay que limpiarlos con un cepillo para bebés y agua. No le pongas pasta dental hasta que tu hijo tenga más de dos años y úsala en cantidades muy pequeñas.

A partir de los seis años ya tienen las habilidades motrices para cepillarse los dientes por su cuenta, pero siempre bajo tu supervisión, pues es importante recordarles llegar a todos los rincones y así evitar caries.

Bañarse

Bañar bebés es una experiencia muy linda que nos acerca a los hijos. Aunque la compañía es buena durante los primeros años, es importante invitarlos a hacerse cargo de esta rutina alrededor de los seis años. Esto puede ser complicado debido a que algunos niños no quieren hacerlo, le tienen miedo al agua, se enjuagan mal o hacen actividades peligrosas en el baño.

Es por esto que, a pesar de que ya tengan edad para comenzar a bañarse por sí mismos, no podemos dejarlos sin supervisión. Las primeras veces tendrás que estar sentado afuera de la regadera todo el tiempo, más adelante sólo será necesario que la puerta permanezca abierta y que de vez en cuando les preguntes si todo va bien.

La niña bruja descubrió las maravillas de la regadera después de negarse una y otra vez a bañarse. “¿Y si moja? ¿Y si quema?”, se preguntaba llena de tierra y mugre frente a la tina. Pero gracias a la ayuda de su amigo el sapo, ambos se divirtieron mucho entre las burbujas y descubrieron que debajo de toda la mugre eran en realidad una rana y una hermosa brujita de piel verde.

La higiene es muy importante porque evita enfermedades y otorga autonomía a los niños. Tres monstruos en el baño: el bebé lobo, el niño vampiro y la niña brujita serán sus mejores amigos en esta gran aventura de crecer.