Cuando escuchamos las estadísticas sobre hábitos de lectura en México, solemos preocuparnos y desear que las nuevas generaciones se acerquen más a los libros. No obstante, la mayoría del tiempo, esto queda solamente en un simple anhelo. Muchas veces, al momento de intentar fomentar este bello hábito en los niños, no sabemos bien cómo empezar o qué acciones son las más idóneas.

Por esa razón, en el presente artículo te contaremos cómo podemos fomentar el hábito de la lectura durante la infancia, así como algunos tips para crear en nuestra casa un rincón de lectura mágico que, sin duda, tus pequeños amarán y comenzarán a considerarlo como su lugar seguro.

¿Cómo crear hábitos eficientes?

Según los expertos, al proponernos adquirir un hábito nuevo, es necesario descomponer éste en pequeñas partes para que sea más fácil abordarlo, así como seguir las cuatro leyes del cambio de comportamiento, las cuales consisten en hacer que los cambios sean obvios, atractivos, fáciles y satisfactorios.

De tal modo, si deseamos fomentar en nuestros pequeños el amor por la lectura, es necesario que los libros sean atractivos para su edad y adecuados en su nivel de dificultad. Es importante que los infantes, tras acercarse a la literatura, experimenten una sensación de satisfacción y orgullo y, sobre todo, que los ejemplares estén al alcance de sus manos y de su curiosidad.

Por ello, una parte fundamental al instaurar un nuevo hábito es crear un ambiente y un espacio propicio que nos ayude a que sea más fácil, atractivo y satisfactorio el realizar actos orientados hacia el comportamiento que deseamos fomentar. En nuestro caso, crear un rincón de lectura es una excelente opción.

Estos espacios no sólo se volverán lugares mágicos y acogedores para nuestros pequeños donde podrán echar a volar su imaginación e ingenio, sino que también se convertirán en espacios seguros donde puedan experimentar sus emociones y conectar con lo más sensible de su ser.

1. Diseña un rincón de lectura mágico

Lo primero es elegir un sitio dentro de casa, puede ser en un pequeño rincón de la sala, en el estudio o, mejor aún, en la habitación de nuestros niños. Si te decides por un área común, tendrás la ventaja de que tanto tú como tus pequeños podrán disfrutar de él. Aunado a ello, el hecho de que tus niños te miren usándolo los incitará a imitarte y a acercarse también. Por otro lado, al colocar el rincón de lectura dentro de la recamara infantil se puede lograr crear un espacio aún más íntimo y acogedor.

Si es complicado decantarse por una de las dos opciones, puedes elegir ambas y crear dos espacios: uno familiar donde todos puedan compartir y leer juntos; y otro dentro de la habitación de nuestros niños para darles cierta independencia e individualidad. Esto último es adecuado para los adolescentes y jovencitos de entre 11 a 13 años, ya que suelen preferir lugares más aislados y con cierta privacidad. Lo importante es elegir un espacio tranquilo, cómodo y bien iluminado.

Debemos tomar en cuenta que, el rincón de lectura, aunque pueda tener libros informativos o científicos, no es una zona de estudio, pues, en éstas, se busca generar espacios de concentración. Mientras que la intención de los rincones de lectura es crear lugares para relajarse y disfrutar, entendiendo la lectura como una forma de ocio que nos lleva a conectar con nosotros mismos, explorar la creatividad, aprender del mundo, viajar con la imaginación y vivir mil vidas a través de personajes de papel.

2. Selecciona el mobiliario

Un aspecto que no debemos pasar por alto es el involucrar a nuestros hijos al momento de decorar el rincón de lectura, ello permitirá que se apropien del espacio y se sientan más vinculados a él. Deja que su personalidad quede impresa en el decorado y participen de la elección del mobiliario.

Al leer, cada uno tiene su forma especial de hacerlo: de pie, acostados boca abajo o boca arriba, sentados en una silla o en posición de loto, abrazando un pie mientras dejamos colgar el otro, semi recostados, etc. Un punto importante en los rincones de lectura es que no debe de haber reglas ni limitaciones de como disfrutar de nuestro libro, por ello, lo más recomendable es colocar, además de un cómodo sillón o puf, una suave alfombra, cojines y mantas.

Otros aspectos del mobiliario a considerar son las mesas, lámparas y los tonos del decorado. Lo ideal es colocar una pequeña mesita donde puedan apoyar el libro, ya que a veces algunos volúmenes pueden llegar a ser demasiado grandes o pesados.

Si, además, nuestros hijos ya son lectores asiduos, es recomendable colocar separadores, postits, lápices y blocks de notas, cerca de la mesa. El poder marcar sus pasajes favoritos les permitirá apropiarse de la obra de una manera más profunda.

En cuanto a la iluminación, como mencionamos antes, lo ideal es usar un espacio con luz natural, no obstante, siempre es bueno contar también con una lámpara alta que pueda iluminar las páginas desde arriba. Ello permitirá que nuestros niños puedan leer, incluso antes de ir a dormir, sin que lastimen su vista.

Sobre la elección de colores, según la psicología del color, ciertas gamas, como la del azul, pueden propiciar estados de concentración a diferencia de otras gamas como la del rojo que mueven a la exaltación.

Por ello, es recomendable utilizar colores neutros en las estanterías y paredes para no sobresaturar la atención de los pequeños, pues, en muchas ocasiones, los libros ya contienen diversos colores, ilustraciones y formas.

Los libros, por su parte deben de estar al alcance, sobre todo para los más pequeños del hogar. Para ello, podemos optar por crear un mini librero especialmente para nuestros hijos. Este hecho les entusiasmará y se sentirán especiales al tener su propia biblioteca. Procura que ésta quede a ras del suelo y no sobrepase su estatura para que no les sea complicado el tomar ninguno de sus libros.

Por seguridad de nuestros pequeños, es de suma importancia que los libreros y estanterías queden completamente anclados a las paredes. En el caso de los bebés menores a tres años, lo ideal es colocar los libros en cestos pequeños para que les sea más fácil ver las portadas y tomarlos cuando les llamen la atención.

3. Comienza a nutrir su biblioteca

Cuando hablamos de libros infantiles, nos encontramos con una amplia diversidad de formatos como los libros marioneta, de textura, álbums, interactivos, pop up, para colorear, para realizar papiroflexia, etc., cada uno tiene su finalidad y sus virtudes. Lo ideal es contar en casa con libros de diversos tipos, temas y géneros para que acercarse al rincón de lectura sea un momento de descubrimiento y asombro.

También, por supuesto, es necesario prestar atención a la edad de nuestros hijos, así como a sus gustos e intereses. Hay diversas maneras de identificar la mejor obra infantil tomando en cuenta la edad de nuestros pequeños. Por ejemplo, si nuestro niño tiene menos de tres años, los libros marioneta como Finger Puppet le fascinarán al igual que los libros Indestructibles y las historias sencillas con imágenes llamativas como HipopOpuestos o Te quiero, Mamá.

Si, por otra parte, nuestro hijo es un poco más grande, las obras desafiantes serán la mejor opción. Los libros informativos pueden ser cautivadores por la increíble cantidad de datos que manejan, desde temas de piratas, tesoros naturales y bichos, hasta momias y literatura.

Asimismo, las historias asombrosas y divertidas como Doña Problemas y Aventura salvaje en la ciudad, los atraparán. Nunca deben faltar las historias de fantasmas y aventuras, de este género Me llamo Morti y Esmeraldina, la pequeña fantasma se convertirán en sus favoritos, de la misma manera que los relatos enternecedores como Me acuerdo de ti, Laura y la ballena azul o El niño que tocó las estrellas.

También es importante contar en el librero con obras de poesía infantil, pues estas desarrollan la sensibilidad de nuestros niños al tiempo que aportan diversos beneficios cognitivos.

En cuanto a gustos, es necesario preguntarnos ¿cuáles son los temas favoritos de nuestros hijos? ¿Los dinosaurios, la ciencia, el espacio, los animales, el cuidado de la naturaleza? Lo idea es comenzar a nutrir la biblioteca con obras que, por su temática o género, estemos seguros de que serán de su agrado e interés.

4. Disfruten juntos de una tarde de lectura

Por último, para que el rincón de lectura pueda funcionar, es necesario que nosotros pongamos el ejemplo y nos vean usándolo. Si en familia establecemos una hora o día para sentarnos juntos a leer, nuestros hijos comenzarán a esperar y ansiar que llegue dicho momento, pues lo asociarán con las risas y la diversión.

Es importante, que, sobre todo a los más pequeños, los acompañemos guiando las lecturas con cambios de voces, dramatizaciones, gestos y juegos. Conforme vayan creciendo, podremos hacerles preguntas a modo de conversación para saber cuál ha sido su parte favorita de la narración, si se identificaron con algún personaje o qué les pareció el actuar de los protagonistas. Esto les ayudará a fortalecer tanto su capacidad de atención como de escucha activa y cada vez les será más fácil comprender las lecturas.

Si, por otra parte, nuestros hijos ya están entrando a la adolescencia, es posible que ya no deseen que nosotros leamos los mismos libros que ellos, en estos casos podemos cambiar la dinámica a una especie de club de lectura donde cada uno puede leer una obra diferente y platicar más tarde sobre ello.

Así, crear un rincón de lectura y leer juntos en familia es una excelente manera de fortalecer los vínculos entre padres e hijos, sin importar si aún son bebés, están en la primera infancia o están entrando en la pubertad o adolescencia. Además, conversar sobre las lecturas que vamos realizando, promoverá en nuestros hijos su desarrollo lingüístico y fortalecerá su capacidad para comprender, interpretar, analizar, reflexionar y argumentar, siendo indispensables estas habilidades para la vida académica y cotidiana.

Contar con un espacio dedicado a los libros los alentará a desarrollar el hábito de la lectura, asociándolo con algo positivo y agradable. Tras compartir horas de lectura y mirar el asombro en sus ojos descubriremos que, rodear a nuestros pequeños de libros, historias y cuentos, es también otro lenguaje del amor. Esperamos que con estos consejos puedas crear en compañía de tus niños un rincón de lectura lleno de memorias, alegrías y aprendizajes.