La literatura romántica, o mejor dicho, de romance, es uno de los géneros literarios menos elegidos por los lectores, pero ¿a qué se debe? Christina Lauren, en su novela El experimento del amor verdadero, reflexionan al respecto a través de una historia con una escritora de novelas de romance como protagonista. ¡Adéntrate en ella y descubre lo que un experimento puede lograr!

El valor de la literatura romántica en el mundo editorial

Felicity Chen, mejor conocida como Fizzy, es una famosa escritora de literatura romántica, con la mayoría de sus libros sobrepasando los millones de ventas y un cariño incondicional por parte de sus seguidores. Sin embargo, su estatus como novelista de romance hace que socialmente no sea vista como una autora seria y personas como su madre confíen en que algún día publicará “libros de verdad”.

En su camino por superar un bloqueo creativo, conoce a Connor Prince, realizador de documentales y padre soltero a quien la casa productora donde trabaja le ha asignado un reality show de citas. En su desesperación, le surge la idea de contratar a Fizzy como la protagonista porque ¿qué tan alejadas están las novelas de romance y los reality shows si ambos son gustos culposos?

La forma en la que Fizzy es tratada representa claramente el valor que tiene la literatura romántica en el mundo editorial, ya que en la mayoría de los casos es visto como novelas basura y enfocadas principalmente al género femenino. Existe una problemática arraigada socialmente que ve como inferior cualquier cosa que esté creada para el público femenino: literatura de romance, reality shows, cierto tipo de música y actividades relacionadas a ella, etc.

En la novela, las escritoras Christina Hobbs y Lauren Billings (dúo que conforma a Christina Lauren) hacen hincapié en esta marginalización y el hecho de que por este motivo muchas novelas que contienen una trama interesante y valiosa sean menospreciadas por ser parte de este tipo de libros. Hacen una introspección sobre el valor del género romántico en una novela de ese mismo género y con una frase dan en el clavo sobre por qué no cualquier persona es capaz de escribir algo como esto y por lo tanto no debería considerarse inferior:

“-No lo sé —afirma Connor con voz suave—. Me parece que es bastante difícil escribir un libro absorbente cuando el lector ya sabe cómo va a acabar.”

El valor literario en las novelas de romance radica en la capacidad de evocar emociones en los lectores y llegar a un mismo fin explotando los recursos de los lugares comunes de formas nuevas e intrigantes. En la novela El experimento del amor verdadero encontramos un ejemplo claro de esto, con personajes que sabemos que están por vivir una historia de amor, pero con emociones complejas que los hacen mucho más humanos y cercanos al lector.

El mundo pop y la literatura romántica

La novela también se vuelve un lugar para el encuentro común, ya que como buena obra representativa de los millennials y gen z, está llena de referencias a la cultura pop. Fizzy, experta en los temas de actualidad, utiliza ejemplos para el mundo y dentro de su monólogo interno para poder dar orden y sentido a sus ideas.

Con referencias a Breaking Bad, Crepúsculo y la banda Wonderland que le rinde homenaje a BTS, vemos cómo Fizzy va creando lazos no sólo con los demás personajes de la novela, sino también con los lectores. Este libro está escrito para que sea accesible y cercano a quien se adentre en la historia: aquellos que son expertos en el mundo de los reality shows y música pop, o los que no saben nada de eso y necesitan una ayuda para conocer nuevas cosas, como Connor.

El experimento del amor verdadero: una reivindicación a literatura de romance

Alejada de los estereotipos de novela vacía, lo que Christina Lauren hicieron en El experimento del amor verdadero fue una reivindicación a la literatura. Fizzy y Connor son un par de protagonistas complejos, con emociones contradictorias y convicciones cuestionables que los hacen ser un espejo de cualquier ser humano.

Con el uso de un doble narrador en primera persona, nos podemos adentrar en lo que siente cada uno y así darnos cuenta que sólo son dos personas atrapadas por las imposiciones y estigmas sociales que tienen miedo a la apertura emocional. ¿Será que al final puedan dejarlo de lado?

Lo que esta novela nos enseña es que a veces no importa tanto el resultado final, sino todo el camino que recorremos para lograr un proceso de autodescubrimiento y aceptación que nos permita compartirnos con los demás y, quién sabe, al final encontrar el amor verdadero.