El guardián entre el centeno, obra estadounidense publicada en 1951 por J.D. Salinger, ha marcado el imaginario social por razones que en apariencia trascienden su prosa. Mucho se ha dicho al respecto de The Catcher in the Rye: los más paranoicos lo han llamado un libro maldito; otros dicen que forma parte de experimentos de control mental.

Veamos de qué trata esta novela de Salinger y cuáles son los hechos por los que se le considera obra maldita.

Holden Caulfield, “el guardián entre el centeno”

El libro es un testimonio en primera persona sobre lo que significa madurar en la sociedad del siglo XX. Representa una ruptura con el idilio con el que las figuras paternas y de autoridad se disfrazan, e incluso es una crítica misma al romance con el que el niño contempla el ser adulto, en otras palabras, el duelo de la inocencia. El guardián entre el centeno es exquisito al adentrarse en la mente de un adolescente: trabaja de forma notoria en el lenguaje con un lenguaje soez, errante y explosivo, elemento que le valió la crítica de los sectores más conservadores.

Holden Caufield es un adolescente de 16 años cansado de vivir en un mundo que no dudará en recordarle que ya no es un niño. Holden es incapaz de enfrentar los matices de la vida, prefiere una visión blanco y negro en la que se ve a sí mismo siendo el guardián que protegerá a los niños de caer en el abismo de la negrura

El mito del libro —el cual es causa de su censura en algunas partes de los Estados Unidos— se debe a ciertos asesinatos, e intentos de, cuyos ejecutores se decían inspirados por el libro.

Detrás de los homicidios: Chapman y Manson

El más reconocido de estos asesinatos es el perpetuado por Mark David Chapman el 8 de diciembre de 1980 contra el famoso músico y ex-Beatle John Lennon. Chapman, en ese entonces de 25 años, disparó 5 veces contra Lennon frente al edificio donde vivía; tras ejecutar el crimen se sentó a leer el libro mientras esperaba a la policía. “Estoy seguro de que la mayor parte de mí es Holden Caufield, el resto debe ser el diablo”, dijo a las autoridades tras ser detenido.

Durante su interrogatorio, dijo haber leído el libro por lo menos unas 15 veces, aunque el ejemplar que llevaba consigo lo había comprado dicha mañana, mismo que fue firmado por el propio Chapman bajo el nombre “El guardián entre el centeno” junto a la frase “Ésta es mi declaración”, asimismo, citas textuales del libro formaban parte de su confesión.

Por otro lado, se ha querido ver una influencia (aún no comprobada) de la novela de Salinger en Charles Manson, el conocido asesino en serie y fundador de la secta conocida como la Familia Manson. El crimen más recordado por la “familia” es el cometido contra la famosa actriz Sharon Tate, quien en ese entonces se encontraba embarazada del director Roman Polanski.

Es difícil no pensar en estos hechos con la percepción que Holden tiene sobre la industria del entretenimiento, que se encuentra representada en la novela por su hermano mayor, quien se dedicaba a la escritura de guiones para Hollywood y a quien Holden se refiere como “prostituta de Hollywood”.

El guardián entre la cultura pop

Irónicamente, y de una forma más negra, la hipocresía de la vida adulta y sus industrias se han representado en la cultura pop: South Park y Bojack Horseman son dos animaciones para adultos que no han dejado de lado la cínica visión de Salinger.

En South Park el pequeño Butters es encomendado a leer el libro en su escuela, y las consecuencias no son para nada sorprendentes, pues ahora Butters siente deseos homicidas contra Lennon. Luego de un par de peripecias, el personaje se vuelve consciente de que Lennon ya había sido asesinado, lo que –de manera mordaz– muestra que el libro no induce a cometer crímenes y que la cultura de la que estamos imbuidos es aquella que alienta nuestras fantasías.

Por otro lado, y de una forma más burlesca, Bojack Horseman nos presenta a un Salinger que –como en la vida real– se aisló tras la fama obtenida por su libro; sin embargo, sigue vivo y trabajando en una tienda de bicicletas. Se dice harto de ser reconocido por su libro, así que, seducido por la idea de una ciudad llena de gente que odia tanto leer que pagaría a otros por hacerlo, se muda a “Hollywoo” (antes Hollywood) para crear su propio show de TV.

Las ideas que tanto criticó son las que terminan por poseerlo, algo que también tiene en común con Holden, quien se llama así mismo un mentiroso y quien desprecia más que nadie la hipocresía.

Tal vez ambas sátiras tienen razón y son las durmientes pasiones las que se despiertan en una mente ya agitada que sólo necesitaban un espejo dónde reconocerse.

Si te interesa conocer más sobre Salinger, te recomendamos acercarte a títulos menos famosos de su obra, pero no por eso menos interesantes.