La figura del héroe ha sido emblemática a lo largo de la historia de la civilización humana, pero no todos los héroes han sido tan heroicos ni han pasado por el famoso “camino del héroe” para ser como son.  Desde Gilgamesh en la antigua Babilonia, pasando por Hércules en la mitología griega hasta personajes representativos en la cultura pop como Harry Potter o Luke Skywalker, la historia del héroe nos es tan emotiva a tal grado por la aspiración del humano a ser más que humano.  

De la era heroica a la era de los no tan héroes 

Con el desencanto del progreso que llega en el siglo XX —especialmente tras las dos guerras mundiales que demostraron que las aspiraciones humanas están muy lejos de ser relatos idílicos y llenos de valores—, los relatos de los héroes pasan por el tamiz de la crueldad y la ignominia. Uno de los mejores ejemplos es el de Darth Vader, cuyo símbolo se vuelve oscuro luego de una terrible caída en su camino. 

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En la segunda mitad del siglo XX y a principios del XXI, se representa la redención del villano o, mejor dicho, el conocimiento del villano a través del humano en él, que es lo que le ocurre a Vader luego de redimirse para volver al lado luminoso de la Fuerza. Frente a este estereotipo, tenemos otros grandes ejemplos de héroes que critican o destruyen la imagen misma del héroe sin volverla maniquea, es decir, o buena o mala. 

Superman: el hijo rojo 

Clark Kent es el ejemplo perfecto de héroe. Aun para los detractores del mundo del cómic, la figura de Superman ronda su mente. Superman: Hijo rojo se adentra en un What If? con gran peso histórico: la Guerra fría, el capitalismo vs el comunismo.  

Fuente imagen: Pinterest. 

En esta versión, Superman no aterriza en un pueblito estadounidense que despierta cobijado por cantos de águilas y olor a pay de manzana, sino que llega al corazón de la Unión Soviética y es resguardado y criado bajo los valores del régimen del mismo Stalin, convirtiéndose en su mano derecha. Siguiendo la tradición de escalada en el poder profesada por el partido comunista, Superman se deshace de Stalin, implementando su propia dictadura.  

Deadpool 

¿Quién más? Ciertamente Wolverine no. Aparecido en New Mutans #98 de 1991, Wade Wilson es un hitman (asesino a sueldo) que cae víctima de los experimentos para crear el arma X —el mismo experimento que dota a Wolverine de su esqueleto de adamantio—, dando a Deadpool la misma mutación que aquél. Asimismo, adopta el poder de Malcolm (sí, el de en medio): romper la cuarta dimensión y comunicarse con su público. 

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Deadpool se vuelve una crítica de los absurdos más grandes de los héroes, destrozando sus valores incluso. Si alguna vez sientes que las exigencias de la vida son un irremediable absurdo, túmbate a disfrutar de una chimichanga y un buen cómic de Deadpool.  

The Boys 

Por supuesto, vemos a Superman salvar aviones de choques inminentes, pero ¿acaso recibió entrenamiento en caso de contingencia o sus emociones humanas entrarían en juego, estropeando todo? ¿Realmente podría equilibrar un avión en picada, o simplemente dos objetos viajando a alta velocidad colisionarían creando un desastre aún mayor? Éste es el mundo de The Boys, cuya premisa principal es: nadie debería tener tanto poder.  Creado por Garth Ennis (a quien, por cierto, los superhéroes le parecían lo más ridículo e inútil del mundo) y Darick Robertson, The Boys fue publicado entre 2006 y 2012. Esta serie de cómics ha ganado gran popularidad gracias a la adaptación de Amazon Prime, y que es fiel al retrato de un mundo en el que los héroes se acercan más que nunca a lo que son en nuestro mundo (¿qué onda con los trajes... y los nombres?)  y aun a celebridades y figuras de poder gobernadas por el marketing y el peso de ser una superestrella. 

Como bien dice ahí: “Nunca conozcas a tus héroes”. Fuente imagen: Pinterest. 

Sin embargo, si admiramos y nos gustan estos personajes quizá es porque tampoco comulgamos con un ideal de justicia que encarna Superman o Batman (de hecho, de éste nos parece más entendible su versión vengativa con Robert Pattinson), lo que podría significar que también nuestro mundo está cambiando de tal manera que dichos ideales hay que desenmascararlos en vez de dejarse seducir por ellos. ¿O es que ustedes tienen otra explicación?