Con la llegada de la temporada de los exámenes finales y el término del ciclo escolar es común que nuestros niños y adolescentes se sientan angustiados por sus calificaciones. Por ello, en esta nota te compartimos algunos tips, estrategias y recomendaciones de libros para ayudarles a tus hijos a estudiar y que dichas horas sean productivas y amenas.

1. Crea rutinas de estudio

Un aspecto fundamental es brindarles a nuestros pequeños estudiantes una rutina bien estructurada. Puede parecer irrelevante, pero, para los niños, sobre todo para aquellos que se encuentran en nivel preescolar o que poseen alguna neurodivergencia, es de especial ayuda el establecer rutinas claras o secuencias de acciones que día a día se repitan. Esto les permite notar patrones claros y prever o saber qué pueden esperar a continuación, generándoles una sensación placentera de seguridad y certidumbre.

De tal modo, si los niños saben que todos los días regresan de la escuela, comen y acto seguido realizan sus tareas y estudian una hora, será más fácil que diario estén predispuestos y mentalizados a cumplir dichas tareas. Asimismo, la creación de rutinas contribuye a fomentar la autonomía de nuestros niños y el establecimiento de límites.

Para crear estos ambientes estructurados hay que considerar dos aspectos: primero, el orden de las acciones y el tiempo dedicado a cada una y, segundo, el espacio donde se desarrollan las tareas. Es importante que estos espacios sean inamovibles.

Por ejemplo, a la hora de estudiar sólo se debe usar un escritorio en específico, no se puede realizar la tarea hoy en la cocina, mañana en el comedor, otro día en la sala y luego en la habitación. Con respecto a este último punto lo ideal es elegir un espacio sin tantos estímulos visuales o auditivos. De esta forma será más fácil evitar distracciones.

El método Montessori puede ser de ayuda en este aspecto, pues promueve entornos ordenados y estimulantes donde el infante puede desarrollarse con libertad a su ritmo. El libro Las 100 reglas de oro del método Montessori permite aplicar dicho modelo en casa de manera accesible y práctica.

2. Hacer divertida la hora de repaso

Una vez que hemos fijado un horario y un lugar específico, es recomendable establecer metas de estudio claras junto con nuestros pequeños y, si es posible, buscar una manera de motivarlos, ya sea explicándoles la importancia y utilidad del conocimiento o acordando un pequeño incentivo como un paseo, un postre o premio si consiguen estudiar todos los días durante un periodo determinado.

Para esto último podemos crear un calendario en el que vayamos colocando stikers atractivos como los de Eye like Kittens y Puppies, o caritas felices cada día que consigan cumplir con lo acordado. Observar en el calendario sus avances contribuirá a motivarlos y reafirmará su autoconcepto como personas capaces, perseverantes y comprometidas.

Si anclamos emociones positivas con hábitos como el estudio, contribuiremos a que más tarde nuestros niños realicen por sí mismos este tipo de actividades, además, sus mentes, al estar relajadas podrán aprender de mejor manera. Está comprobado que cuando los infantes se sienten felices son más receptivos. La serotonina, la hormona de la felicidad, es también un acelerador del aprendizaje, mientras que la dopamina contribuye a aumentar la atención, la memoria y la conexión neuronal.

Otra cosa que podemos intentar con nuestros niños, sobre todo entre los 6 y 12 años, es mezclar la hora de juego con la de estudio. Para ello podemos auxiliarnos de un juego de mesa para intercalar entre los turnos las tareas escolares.

3. Utiliza lluvias de ideas y otras estrategias de aprendizaje

Las estrategias de aprendizaje son técnicas, procedimientos, actividades y recursos que pueden contribuir a mejorar y fortalecer la adquisición de conocimientos. Pueden ir desde hacer una síntesis, subrayar las ideas principales y crear mapas mentales hasta exponer o debatir sobre un tema.

Lo importante es saber sacarles provecho conociendo los estilos de aprendizaje de nuestros pequeños (es decir, si son visuales, auditivos o kinestésicos) así como el nivel de entendimiento que ellos tienen de un tema.

Cuando nuestros niños aún no se familiarizan con una lección, lo primero que podemos usar es la lluvia de ideas para saber qué tanto conocen al respecto y poder anclar los nuevos conocimientos a los ya existentes.

También podemos hacer uso de la relectura e identificación de ideas principales. Lo fundamental aquí es cuidar que los niños sólo subrayen las ideas principales y las palabras clave, para ello podemos auxiliarnos de diversos colores y marcas para clasificar la información. Esto puede ser de especial ayuda para los niños con un estilo de aprendizaje visual.

Una vez identificada la información más relevante, es momento de esquematizarla y procesarla. Para ello podemos apoyarnos del estilo de aprendizaje de nuestros niños y niñas:

  • Si nuestro hijo es una persona visual, será de utilidad realizar diagramas, mapas mentales, esquemas, crucigramas, infografías y folletos.
  • Si es auditivo, le será de especial ayuda el que le pidamos que nos platique lo que va aprendiendo, invitarlo a hacer debates, exposiciones, grabaciones de voz, mirar documentales, conversar y discutir los temas.
  • Por último, si tu niño es kinestésico, preferirá el movimiento y las sensaciones, por lo que le ayudará el realizar esquemas, mapas mentales, maquetas, tener materiales como globos terráqueos, plastilina, crear tarjetas de respuestas y preguntas, realizar rompecabezas didácticos como Selva tropical Mudpuppy y Map of the world o hacer juegos de rol.

Finalmente, una vez comprendido el tema, para facilitar la memorización de la información, existen los recursos mnemotécnicos. A partir de codificar un tema con imágenes, símbolos, movimientos, frases, rimas o canciones; podemos mantener en la mente determinados datos y recuperarlos cuando estos sean necesarios.

Hay algunos libros diseñados para apoyar el aprendizaje de diversas materias, en los que se unen los planes de estudio de la SEP con actividades divertidas que facilitan reforzar y practicar lo aprendido en la escuela. Pack primaria 1 es ejemplo de ello, así como los Libros integrados y los libros de Ejercicios y problemas matemáticos o El Gran Libro de matemáticas Montessori.

4. Tomar descansos

Algo que no debemos de olvidar al momento de estudiar con nuestros niños es permitirles tener momentos de descanso. Lo ideal es trabajar durante 25 minutos y tener 5 minutos de pausa.

El método pomodoro, utilizado para mejorar la productividad, propone realizar 4 repeticiones con estos intervalos de tiempo y posteriormente tomar un descanso largo de 15 o 20 minutos.

Entre las pausas de 5 minutos te recomendamos realizar con tus niños ejercicios de gimnasia cerebral. Están diseñados para crear interconexiones entre los dos hemisferios cerebrales aumentando la concentración, la creatividad y la agilidad mental tanto de niños como de adultos mayores.

También te recomendamos usar ese tiempo de descanso para caminar por la habitación, tomar agua, estirarse o realizar algún breve ejercicio de caligrafía, el cuaderno Grafomanía, y los Ejercicios de Caligrafía de Larousse son ideales para ello ya que hay para todas la edades. También las actividades tipo Juego con palabras o Arte Antiestrés son de utilidad, lo importarte es darle un respiro al cerebro.

5. Repetición espaciada

Por último, es necesario tomar en cuenta que, para lograr retener y asimilar un tema, no basta con estudiarlo una sola vez, sino que es necesario repetir la información durante varios días o semanas para fortalecer ese conocimiento. Sin embargo, lo óptimo es espaciar los repasos de tal manera que el intento de recuperar la información resulte un pequeño reto para la mente.

De tal forma, si estamos estudiando con nuestros niños las capitales del mundo en la materia de geografía, repasaremos el tema el lunes y dejaremos que transcurran uno o dos días antes de volverlas a preguntar, revisar qué tanto recuerda y volver a practicarlas. Nuevamente dejaremos pasar esta vez tres o cuatro días para retomar el tema y así seguiremos espaciando cada vez más las repeticiones para obligar al cerebro a hacer un esfuerzo cada vez mayor.

Al momento de auxiliar a nuestros hijos con las tareas escolares y el estudio es fundamental ser pacientes y tomar en cuenta que, según la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner, los humanos poseemos varios tipos de inteligencias: Lingüístico verbal, Interpersonal, Corporal-Cinestésico, Musical, Visual-Espacial, Intrapersonal, Naturalista, Lógico-Matemático.

Por lo cual, si bien, para un alumno puede ser especialmente complejo y difícil el comprender los temas relacionados a las matemáticas, tal vez, por el contrario, se le faciliten las habilidades cinestésicas o lingüísticas. Nuestro deber como guías será ayudarle a explorar aquellas habilidades en las que ya es bueno, para así sacar todo su potencial, y facilitarle el desarrollo de aquellas en las que tiene mayores dificultades sin presionarlo ni mermar su autoestima.

En este aspecto te recomendamos la Colección Supermentes pues contiene diversos ejercicios y actividades diseñados para fomentar las ocho inteligencias propuestas por Gardner. La colección contiene un libro por cada grado para seguir el crecimiento y desarrollo de nuestros pequeños desde el nivel preescolar hasta el final de la educación primaria.

Así, hay infinidad de técnicas y herramientas que puedes utilizar para que tus niños y adolescentes aprendan mejor y puedan sentirse más seguros durante la temporada de exámenes y de fin de cursos. Recuerden que la constancia es fundamental, así que no hay nada como hacer del estudio un hábito.