Nunca desde Dan Brown, ha habido un libro que se parezca tanto a uno de Dan Brown.

Digo esto en el mejor sentido de la palabra.

Y es que en la novela mexicana Invasión Silenciosa están presentes todos los elementos que hicieron tan popular al autor estadounidense, cuyos libros han vendido más de 200 millones de copias y traducidos a 57 idiomas diferentes. Con una prosa veloz y la habilidad de darte la suficiente información para que puedas ir resolviendo el misterio central junto con los personajes —pero sin que la respuesta de se vuelva evidente—, Jenaro Martínez ha creado una novela de ciencia ficción que te hará pasar las páginas tan rápido, que estarás en constante peligro de una cortadura de papel en el pulgar (cosa que habrá valido toda la pena).

Un descubrimiento arqueológico y extraterrestres

Al comienzo de esta aventura conocemos al paleontólogo David Fernández, un protagonista adecuado para una novela de ciencia ficción como ésta, pero poco convencional para su parte de aventuras.

Sucede que David no es un Robert Langdon ni mucho menos un Indiana Jones, sino un joven académico, algo inocente e inexperimentado, tanto en el campo como en la vida, pero con vastos conocimientos y un sueño que la gran mayoría de nosotros tuvimos entre los 4 y 8 años de edad: el de descubrir un dinosaurio en nuestro jardín.

Para David Fernández, el jardín se trata del estado de Nuevo León. Parte de lo que hace única a esta novela es su uso de la riqueza arqueológica y cultural de México, pues los famosos fósiles de dinosaurio encontrados al norte del país sirven como motor para poner en marcha la trama.

Durante una de las excavaciones arqueológicas, en la que a la vez exploramos los tan familiares obstáculos con los que los científicos se encuentran en México, David y su equipo hacen un descubrimiento que los deja anonadados: un artefacto metálico, entre los huesos fosilizados de un dinosaurio.

Para bien o para mal, este descubrimiento promete cambiar las vidas de estos científicos para siempre.

¿Qué es ese objeto?

¿Cómo pudo llegar ahí?

¿Qué conexión tiene con el evento de extinción que, hace 65 millones de años, acabó con más del 95% de la vida en la Tierra?

¿Quién mueve los hilos del mundo?

Como dije al principio, con Invasión silenciosa, Jenaro Martínez proyecta las mejores cualidades del autor de El código Da Vinci y El símbolo perdido. Ahí está la fórmula, todos los ingredientes para una historia emocionante, extendidos sobre la mesa y listos para el horno.

Habiendo atrapado la atención de varias agencias del gobierno, tras dar a conocer su descubrimiento al público, nuestro protagonista es lanzado a un mundo de conspiraciones y secretos para el que ninguna cantidad de doctorados lo pudieron preparar.

Al centro de todo este misterio están algunos de los avances más recientes de la humanidad, que reflejan a la vez nuestras mayores ansiedades sobre nuestro presente y futuro. La Inteligencia Artificial, el poder de las redes sociales para esparcir las famosas Fake News, el espionaje digital, el uso de medios de telecomunicaciones para controlar a la población. Estos son sólo algunos de los temas que Martínez explora a lo largo de la novela.

Malabareando la ficción con la realidad

Dicen que leer ficción es como someterse voluntariamente a una serie de mentiras.

En ese caso, el gran reto contra el que se enfrentan los escritores de la ciencia ficción, es el de mentir lo suficiente como para explotar las posibilidades del género a su máximo esplendor, sin encontrarse en el desafortunado punto en el que sobrepasaron la incredulidad de sus lectores.

Y es que no cualquiera sabe crear una mentira convincente. Léase, no cualquiera puede crear un relato de ciencia ficción que pueda atrapar la imaginación de hasta el lector más escéptico. Para lograrlo, Jenaro Martínez combina magistralmente los elementos ficticios de su pluma, con la realidad de nuestra década del 2020.

Una que, al cabo, cada vez se vuelve más surreal.