Las personas que son aficionadas a la lectura entienden el refugio que se encuentra dentro de las historias que contienen. Leer es una forma de conocer nuevos mundos, pero también de alejarse un poco del real, un proceso muy necesario cuando la vida no está yendo como queremos.

La biblioteca de los susurros de Desy Icardi es un homenaje a la literatura como un medio para salvarnos a nosotros mismos. En esta reseña hablamos de la novela y la importancia de leer.

¿De qué trata La biblioteca de los susurros?

Dora es una niña italiana de seis años que vive en una casa tan extraña como maravillosa acompañada de otros seis miembros de su familia, entre los que se mezclan sus padres, tíos y primos.

Su hogar está caracterizado por un ruido constante: las personas bajan las escaleras haciendo el mayor escándalo posible, se gritan de una habitación a otra, lanzan cosas y arrastran muebles. Todo esto como un reflejo de la gran alegría que hay en casa y las ganas de hacer saber al mundo que están vivos.

Pero la desgracia y la pérdida llegan a su hogar y de repente se sumergen en un silencio terrible que la pequeña Dora no puede soportar y busca desesperadamente el ruido para ahogar sus propios pensamientos oscuros y alejar las visiones que tiene.

Para escapar de su dolor, decide ir a la biblioteca local con su primo y aburrirse entre los estantes. Ahí conoce a un personaje entrañable y excéntrico: el abogado Edmondo Ferro, quien lleva 100 años siendo un lector empedernido y se ha dedicado a educar literariamente a todos los visitantes de la biblioteca. Dora será su última estudiante y la mejor lograda, por lo que pone todos sus últimos empeños en enseñarle el mundo de las letras.

La literatura como refugio

Las recomendaciones que hace Edmondo Ferro, tanto a Dora como a todos los demás, parecen ser sólo clásicos literarios que cualquiera tiene que conocer. Sin embargo, en realidad las sugerencias están hechas con base en los análisis profundos que hace Ferro de los que lo rodean: a la aspirante a escritora le aconseja leer novelas de grandes escritores, al trabajador de la fábrica le acerca materiales que sean fáciles de analizar mientras está cansado.

Y Dora y su primo no son la excepción, el abogado reconoce qué es lo que más necesitan en ese momento de duelo: “Tanto tú como tu primo tienen ese aire melancólico de estar pasando por un momento muy triste del que uno no se puede alejar si no es dejando volar la imaginación, así que espoleemos a la imaginación, golpeemos sus flancos y llevémosla a galope tendido”.

Ferro sabe que los libros son el refugio ideal cuando una persona está buscando alejarse de su doloroso presente. Aunque esto podría parecer un método para evadir la realidad, es, por el contrario, la herramienta que ayuda a Dora a conectar más con ella misma y comprender los eventos que rodean tanto su infancia convulsa como adolescencia dolorosa: “Los sonidos resonantes cuya constante necesidad siempre había percibido los encontraba en historias que el abogado me proponía”.

Conforme Dora crece y sus emociones se van complejizando (peleas con sus padres, mudanzas, nuevos países y lenguas, el primer amor, la separación familia), los libros comienzan a brindarle las respuestas que va necesitando poco a poco. Entre sus hojas encuentra la forma de olvidar, aunque sea por un momento, sus desgracias, pero también el camino correcto para perdonar, amar y ser valiente.

Desy Icardi y la Pentalogía de los sentidos

Desy Icardi es una escritora italiana que ha dedicado toda su vida al arte, desde el teatro, la docencia y la escritura. En 2020 publicó El aroma de los libros, la obra que inaugura toda una pentalogía que gira alrededor de la gran importancia de la literatura no sólo para la cultura en general, sino para transformar la vida de los individuos. Esta saga también está dedicada a la experiencia sensorial de la lectura, por lo que en cada libro predomina un sentido.

La chica de la máquina de escribir mantiene la temática del valor de la escritura, pero ahora a partir del punto de vista de una autora, quien reconstruye su vida completa ya en la vejez gracias a la memoria dactilar que obtiene al utilizar su máquina de escribir.

La tercera parte de esta saga, La biblioteca de los susurros, es la continuación de su reflexión sobre el arte, el sufrimiento humano, el proceso de volverse un lector y la trascendencia que tienen los libros en la vida.

Los últimos dos libros de la serie aún están inéditos, pero Icardi ha explicado que tiene muy claro que seguirán la línea de los tres que ya están en librerías: una protagonista mujer y la prevalencia de un sentido.

La biblioteca de los susurros calará profundo en aquellos lectores que se sumerjan en este universo para alejarse un poco de su realidad incómoda. Es un homenaje a ese niño que todos fuimos y que dejó de entender lo que sucedía alrededor. Icardi se encarga de recordarnos que, a pesar de que lo que intentamos fue huir, en realidad gracias a la literatura estamos un poco más cerca de nosotros y del mundo.