La adolescencia es un periodo muy ajetreado de la vida. Las familias pasan por muchas transformaciones cuando los hijos entran en esta etapa y normalmente es tratado como una época de estrés y desconocimiento. Pero en realidad la adolescencia también es un período maravilloso en donde forjamos nuestra personalidad.

Pero para poder ver con amor toda esta metamorfosis, es necesario entender qué es lo que sucede durante la adolescencia, cuáles son las estrategias a seguir como familia, así como qué emociones están experimentando los hijos. Con ayuda del libro ¡Bienvenida, adolesc(i)encia! te explicaremos todo esto para que te sientas acompañado.

¿Cuándo comienza la adolescencia?

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la adolescencia ocurre entre los 10 y 19 años. Hay dos etapas: la temprana, que termina alrededor de los 14 años, y la tardía, que concluye al empezar la adultez a los 19 años. Todas estas edades son aproximadas, pues dependen del desarrollo hormonal y psicológico de los niños.

No vamos a negar que los adolescentes se encuentran muchas veces malhumorados y tienen reacciones más fuertes frente a los estímulos externos. Sin embargo, para poder acompañarlos en este proceso es importante comprender por qué pasa esto a nivel corporal.

Los cambios hormonales se manifiestan, en las niñas, con el crecimiento de los senos y el primer periodo menstrual; en los niños, con el crecimiento del pene y los testículos, así como el engrosamiento de la voz; y en ambos con la aparición de más vello corporal, crecimiento acelerado, acné, olor corporal más fuerte y, por supuesto, cambios de carácter.

Como puedes ver, todas estas transformaciones no son voluntarias y, por lo tanto, las repercusiones en su sentimientos y emociones son muy difíciles de controlar. Si tienes algún adolescente en casa, con seguridad reconocerás alguno de los siguientes cambios psicológicos: creer que son el centro de atención, tomar decisiones impulsivas y riesgosas, inseguridades con su imagen corporal y separación de la familia.

Pero también surgen otros fenómenos muy valiosos para su transición de niños a adultos: mejor pensamiento formal, consolidación de intereses propios, búsqueda de apoyo en grupos externos a la familia, independencia y cuestionamiento de valores.

Consejos para acompañar a un adolescente

Para poder guiar y compartir con los hijos esta etapa, es necesario que, como adulto, también aceptes los cambios que vienen. Probablemente estés nostálgico porque sientes que el niño que conocías ya no existe, y es verdad.

De acuerdo con Carmen Esteban Hernández en su libro ¡Bienvenida, adolesc(i)encia!, el primer paso para poder adentrarse en familia a esta aventura llamada pubertad, es que los padres reconozcan y acepten que su hijo ya no es, y probablemente jamás vuelva a ser, como antes.

Aunque parezca complicado, también es la oportunidad perfecta para emocionarte por conocer esa nueva persona que se formará, tanto con las bases que le diste durante su infancia, como con su propios intereses y valores. Una vez que hayas aceptado esto, los siguientes consejos, también de Carmen Esteban Hernández, te serán muy útiles.

Mejora tus habilidades de comunicación

En esta etapa, sólo hablar no funciona mucho, pues los hijos se sienten incomprendidos y alejados. Debes buscar las herramientas con las cuales reconozcas que puedes crear una conexión profunda con tus hijos para que se sientan escuchados y acompañados.

Ofrece estímulos

Los pubertos muchas veces se sienten desanimados o abrumados por todo lo que los rodea, por lo que probablemente si tu niño era muy estudioso y le encantaba la escuela, ahora la odia. Esto se debe también a que, por los cambios físicos, están más cansados de lo normal y no encuentran la motivación suficiente para superarlo.

Cuando eran pequeños, a veces bastaba con ofrecerles un estímulo externo (un juguete, un dulce, más tiempo para ver la tele) para que hicieran las cosas. Sin embargo, durante la adolescencia es primordial que encuentren estímulos internos, es decir, que comprendan el valor de lo que realizan para su futuro y se sientan orgullosos de sus logros.

No impongas ideas propias

Ser flexible es muy importante para entender a los adolescentes. No impongas tus propias expectativas sobre ellos: disfruta descubrir a la persona en la que se están convirtiendo y guíalos cuando lo consideres necesario, pero nunca desde la imposición y siempre desde el diálogo.

El autocuidado en los adultos

Pareciera que todos los consejos sobre adolescencia giran alrededor de los niños, pero en realidad es muy importante que los padres se pongan en primer lugar y cuiden primero de ellos mismos. Si su estabilidad emocional está cojeando, una etapa tan convulsa como la adolescencia aflorará temas todavía no tratados. Si te gustaría volver a terapia, este es el momento correcto.

Aunque es primordial que en la adolescencia de tus hijos no te comportes de forma autoritaria, es igual de vital que no permitas que rebasen tus propios límites. Comprende a tu adolescente, pero también respeta lo que eres y aprécialo. Haciendo eso le enseñarás sobre la consideración a los demás, a la vez que das un ejemplo de la importancia del autocuidado.

La adolescencia lamentablemente es juzgada por muchos prejuicios, pero con la guía y explicaciones correctas, puede ser una etapa llena de aprendizajes para toda la familia. El libro ¡Bienvenida, adolesc(i)encia!, es una gran ayuda para dar este paso.