La risa es una de las características más humanas que existe. Desde hace siglos, diferentes ramas del conocimiento han tratado de comprender su naturaleza e importancia en nuestra vida, pero ¿puede decirnos algo sobre ella la filosofía?

La risa y la filosofía clásica

Ya desde la antigua Grecia y el Imperio Romano, la risa fue un tema que causó inquietud en artistas, políticos y filósofos. En general, la concepción que se tenía del humor era que provenía del dolor del que eran víctimas otras personas.

Entonces, la risa debía formar parte sólo de dos ámbitos sociales muy específicos: reuniones íntimas en donde una especie de “bufón” tenía la tarea de amenizar la velada y representaciones teatrales.

Lo anterior se debía a que se consideraba que la risa podía causar conflictos sociales y políticos al provenir de sentimientos de alegría por incidentes ajenos. Es por esto que se invitaba a la población a evitarla lo más posible en interacciones cotidianas.

Si quieres aprender más sobre la risa en la filosofía clásica, un muy buen libro para profundizar es La risa en la Antigua Roma de Mary Beard.

El sentido del humor barroco

La risa no dejó de ser un tema central para la filosofía, desde la Edad Media, cuando no se le consideraba un elemento positivo del ser humano; hasta el Barroco, donde se desarrolló toda una literatura alrededor del humor.

Aurelio González explica que durante este periodo la risa pasó a formar parte de un movimiento canónico caracterizado por llevar el humor hasta los últimos extremos. La burla era su eje central, teniendo entre sus máximos exponentes a los poetas Francisco de Quevedo y Luis de Góngora.

La risa moderna: Henri Bergson

Henri Bergson fue uno de los máximos exponentes de la filosofía francesa del siglo XX y XXI. Su pensamiento está caracterizado no sólo por la profundidad de sus reflexiones, sino también por su cualidad literaria.

Una de sus obras más famosas es La risa. Ensayo sobre la significación de lo cómico. En este libro, Bergson se cuestiona qué es lo que genera risa, qué se despierta en el ser humano en ese momento y cuáles podrían ser los tipos de humor que existen.

Bergson divide la comicidad en tres grandes bloques: la de los movimientos, la de situaciones y la del carácter. Todos sus pensamientos giran en torno a la vasta importancia que tiene la risa para la sociedad, pues al ser algo intrínsecamente humano que nos separa de los demás animales, es tan importante filosofar sobre ella como sobre el arte y el conocimiento.

También explica que lo único que puede resultar gracioso es lo propiamente humano: ni la naturaleza ni los objetos causan risa en sí mismos. Además, comparte con la filosofía clásica la afirmación de que el humor nace del distanciamiento hacia las emociones del otro, por lo cual nos podemos reír de su desgracia.

Su ensayo es una reflexión todavía vigente sobre una de las mejores cualidades del ser humano: la capacidad de reír. Es un libro elemental si se quiere comprender la filosofía de la comicidad.

La risa es un elemento que está incluido en todas nuestras actividades, desde las más cotidianas, como las películas, las series y las pláticas casuales, hasta las reflexiones académicas y filosóficas sobre lo que hace reír.