William Godwin y Mary Wollstonecraft, padres de Mary Shelley. Fuente de imagen: Wikipedia.

A los 16 años se casó con Percy Shelley, luego de que su padre descubriera su romance furtivo. Por esta razón huyeron a Suiza, pero después regresaron a Inglaterra y, al poco tiempo, se alojaron en Italia.

Franskenstein, la primera novela de Mary Shelley

Durante este tiempo, los Shelley formaron un círculo de amistad junto a otros escritores románticos encabezados por Lord Byron. Se dice que en una de tantas reuniones Mary comenzó a desarrollar el argumento de Frankenstein o el Moderno Prometeo, novela que le daría fama como escritora y reconocimiento que pervive en la cultura popular hasta esta época.

Retrato de Mary Shelley por Richard Rothwell (1840). Fuente de imagen: Wikipedia.

Pero Frankenstein es apenas el primer libro de la prolífica autora, quien cultivó diversos géneros literarios como escritora profesional. La última novela publicada es Mathilda, que vio la luz hasta 1959, es decir, 140 años después de su concepción.

La escritura y publicación de Mathilda

Mary Shelley escribió Mathilda entre 1819 y 1820, al terminar el primer borrador la envió a su padre para que la revisara y editara. Godwin la revisó y corrigió varias veces; sin embargo, sugirió no publicar la novela por escandalosa —el incesto es el tema central de la historia— y se negó a devolver el manuscrito original a la autora.

Esta ignorada obra de Mary Shelley puedes conseguirla aquí.

Luego, la novela pasó al olvido por más de un siglo. Mientras la escritora vivió, apenas mencionó su segunda novela escrita en cartas y diarios. Solamente sobrevivieron restos del manuscrito y otros tres textos con algunas diferencias. En 1959, Elizabeth Nitchie localizó restos de los manuscritos, los editó y publicó por primera vez.

Mary Shelley: el romanticismo en vida

Shelley escribió la historia mientras vivía en Italia y después de perder dos hijos recién nacidos. Estaba sumida en una profunda depresión que se refleja en las constantes disertaciones llenas de pesimismo. Aunque no es un texto autobiográfico, la novela está impregnada de paralelismos con la vida de la autora. Por ejemplo, la protagonista narra la historia desde el lecho de muerte de su madre, a los 16 años, la misma edad que tenía Mary Shelley cuando huyó con Percy, cuya personalidad es equiparable al amigo de Matilda, a quien le cuenta su historia.

Fotografía de Percy Florence Shelley, hijo de Mary Shelley y P. B. Shelley. Fuente de imagen: Pinterest.

Sumida en la desgracia, Mary Shelley tuvo que regresar a Inglaterra y subsistir por cuenta propia. No sólo debía cuidar a su único hijo vivo, también pagaba las deudas constantes de su padre. Desde que era una niña, sufrió pérdidas dignas de cualquier protagonista de una novela romántica. Aún en sus historias podemos notar ecos de estas vivencias.

Mathilda y el Romanticismo

El estilo de la novela se mueve dentro del Romanticismo: desde la apelación a los sentimientos y la voz narrativa que nos da un panorama totalmente subjetivo, hasta los temas que toca: el amor, el incesto, la muerte y el suicido. El pesimismo de Mathilda es profundamente existencial, no hay nada que no abarque sus sentimientos y emociones, y desde el lecho de muerte rememora a su único amigo, el trágico destino que ha sufrido y el fin de ese mundo construido a partir de sus propios pensamientos.

Mary W. Shelley escribió toda clase de obras literarias, desde poemas hasta diarios de viaje que le permitieron vivir de la escritura. Aunque su primera novela, Frankenstein, tiene un impacto tan grande en la cultura occidental que opaca fácilmente al resto de su obra, vale la pena profundizar en todos sus libros, entre ellos este relato sombrío que destaca por su inusual historia y estrecho vínculo con la vida de la autora.