Los primeros años de vida de nuestros hijos están llenos de hitos y logros: comenzar a sostenerse por sí mismo, aprender a caminar, decir sus primeras palabras, reconocer las vocales, etc. Cada avance es sumamente importante y conlleva su tiempo y proceso, sin embargo, una de las destrezas que puede llegar a necesitar especial atención es la alfabetización o aprendizaje del lenguaje escrito.

Por ello, en este artículo te contaremos sobre la adquisición de las habilidades de lectoescritura y te recomendaremos los mejores libros para ayudar a los pequeños en el desarrollo de esta importante capacidad.

¿A qué edad se inicia el proceso de lectoescritura?

A pesar de que a veces se intenta enseñar estas habilidades antes de los cinco años, la realidad es que los seis años es la edad ideal para introducir a los niños a la escritura y lectura.

Previo a dicha etapa los pequeños aún no están preparados y a veces, lejos de conseguir que el infante aprenda, termina sintiendo angustia, bloqueo y rechazo, provocando a largo plazo desmotivación, baja autoestima, pérdida de interés por la lectura y faltas de ortografía en un futuro.

Por supuesto, siempre hay niños que por voluntad propia y curiosidad logran aprender antes de la edad mencionada, sin embargo, estos casos son raros y lo ideal es respetar el ritmo y evolución de cada pequeño. Algo que podemos hacer para promover las habilidades de nuestros hijos y que puedan adquirir de una manera más fácil y gentil el proceso de la lectoescritura es fortalecer en ellos su motricidad fina y gruesa.

Si bien lo ideal es comenzar el proceso de la lectoescritura en torno a los seis años, lo que podemos hacer a esta edad es brindarles herramientas que permitan que los niños se vayan familiarizando con el lenguaje escrito. De esa manera, llegado el momento, aprender a escribir no será un motivo de frustración.

Proceso de lectoescritura

La lectoescritura conlleva diversas fases. En primer lugar, los pequeños deben aprender a reconocer y nombrar letras identificando su sonido. En un segundo momento, deben poder unir las consonantes con las vocales empezando por aquellas letras que son más fáciles para los niños (m, p, l, s, d, n, f, t), para después introducir las que presentan un poco de dificultad (r, b, v, g, j, c, q, z, l) y al final las consonantes que no son tan frecuentes (ll, h, k, ñ, x, y, w).

Una vez que logran leer y escribir sílabas compuestas con dos letras, es momento de trabajar con sílabas conformadas por tres letras, sílabas trabadas (bl, br, cl, cr, dr, fl, fr, gl, gr, pl, pr, tr, tl) y casos especiales como diptongos o triptongos.

Por lo regular los expertos toman en cuenta dos métodos en la lecto-escritura, el global y el sintético. Mientras el primero se enfoca en asociar significados a palabras completas a través de imágenes; el segundo método comienza con el aprendizaje de las letras para continuar con la composición silábica, la creación de palabras y la producción de frases.

No obstante, ambos métodos, pueden ser utilizados en paralelo, por lo que no son excluyentes.

Los mejores libros para desarrollar las habilidades de lecto-escritura

A continuación, te platicamos sobre los mejores libros infantiles para fortalecer y practicar la lectura y la escritura en tus hijos aplicando cada uno de estos métodos, tomando en cuenta las diversas etapas del proceso.

1.- Colección Indestructibles

Desde el método global podemos utilizar los libros de la Colección Indestructibles, estos libros contienen imágenes con los nombres de diversos objetos. Cada libro es ideal para niños incluso menores a cuatro años, dado que están diseñados con materiales sumamente resistentes a prueba de mordiscos, 100 % lavables y 0 % tóxicos.

En su interior nuestros hijos encontrarán diversas imágenes de animales, frutas y objetos, cada uno con el nombre en español y en inglés. Este tipo de material es de suma ayuda durante la etapa pre-alfabética de la lectura, pues servirá para que los futuros lectores se vayan familiarizando con la forma y longitud de las palabras, asociando el orden de las letras y la forma de los trazos a las imágenes.

2.- The Olphabet

Un libro que favorecerá a reconocer las letras del alfabeto esThe Olphabet, este divertido libro en inglés plantea qué sucedería si un día las letras se revelaran. Por medio de su ingeniosa narración y sus amplias imágenes podremos introducir a nuestros pequeños a la forma que tienen las consonantes y vocales para que sea más fácil ubicarlas.

3.- Grafomanía

La psicóloga Emilia Ferreiro y la doctora Ana Teberosky señalan cinco etapas en el proceso de escritura: etapa presilábica, silábica, silábica-alfabética, etapa alfabética y convencional. Durante la primera etapa, la presilábica, los infantes comienzan a hacer garabatos intentando copiar las letras. Por ello una herramienta ideal es la colección Grafomanía.

Su primer tomo fortalecerá la motricidad fina, mientras que el segundo y tercer tomo propiciarán que los niños comiencen a imitar la silueta de las letras, logrando aprender a trazarlas de forma adecuada.

4.- 100+ Actividades de trazos y figuras

Otro libro que contribuirá en esta etapa inicial es 100+ Actividades de trazos y figuras de Disney. Junto con las imágenes de sus personajes favoritos, nuestros niños repasarán el correcto trazado de las letras, pues cada una, además de marcar la dirección del trazo con flechas, va indicando con números el orden en que se deben realizar las marcas que conforman las letras.

5.- Mi libro de Letras para escribir y borrar

Similar a los anteriores encontramos Mi libro de Letras para escribir y borrar con los personajes de Masha y el Oso o Paw Patrol. Estos dos libros tienen la ventaja de que serán eternos pues nuestros pequeños podrán utilizarlos una y otra vez. Los libros incluyen un plumón borrable para que los niños repitan los ejercicios cuantas veces lo necesiten.

Cada letra está acompañada de una imagen alusiva, por ejemplo, en la “O” aparece el gran amigo de Masha, en la “T” un tigre, en la “S” Oso porta un sombrero. También diversas páginas contienen imágenes con los nombres de los objetos, haciendo uso, de esta manera, tanto del método global como del sintético.

Además, los libros poseen juegos que propiciarán que los pequeños distingan esas letras que pueden llegar a ser un poco confusas como la p, q, b, d. Cada lámina contiene un potente ejercicio para que los niños aprendan a identificar, comparar y asociar las consonantes y vocales.

6.- Silabario

En la segunda etapa del proceso de escritura, la etapa silábica, los niños comienzan a relacionar sonidos con palabras logrando escribir algunas letras sueltas como “po” en lugar de “pato” o “camlo” por “caramelo”. Aquí es ideal ayudarles a unir el sonido de las vocales a las consonantes, iniciando con aquellas que son más fáciles y poco a poco aumentar la dificultad. De tal manera, los niños aprenderán poco a poco a leer “ma, me, mi, mo, mu” para en la siguiente etapa comenzar a juntar las sílabas “ma-má” y crear así una palabra con significado.

A lo largo de esta etapa silábica el libro el Silabario será una inigualable herramienta, pues contiene diversos ejercicios que van desde el reforzamiento de las vocales, hasta la creación de sílabas y la lectura de palabras bisilábicas y trisilábicas, para concluir con la lectura de rimas y poemas.

7.- Gran libro de letras y números Montessori

Este libro de ejercicios contiene 200 actividades de dificultad progresiva que propiciará que los niños recorran las diversas etapas de escritura, desde la identificación de letras hasta la creación de sílabas, palabras y frases. Además, el Gran libro de letras y números Montessori contiene material didáctico como stikers y elementos recortables, así como consejos para que los padres podamos estimular la curiosidad de nuestros hijos.

Estas colecciones y libros sin duda contribuirán a que tus pequeños logren desarrollar sus habilidades lectoescritoras. Recuerda en todo momento que este es un proceso lento y requiere constancia, paciencia y perseverancia. Habrá niños a quienes se les facilite más que a otros, pero lo importante no es quién aprenda primero a leer sino consolidar cada etapa para que en el futuro les sea de utilidad.