[MARK] Entre los escritores rusos más famosos figura el nombre Mijaíl Bulgákov, cuyos libros son lectura obligatoria para comprender un periodo fundamental de la cultura rusa: la transición del Imperio ruso a la URSS. Si quieres saber por qué es un gran maestro de la literatura, sigue leyendo.

Un joven médico

Mijaíl Afanásievich Bulgákov nació el 15 de mayo de 1891 en Kiev, y su vida podría parecer la de alguien con muy mala suerte que a la vez tenía la mejor fortuna del mundo. La carrera inicial de Bulgákov no fue la literatura, sino la medicina. Dedicó un breve, pero importante lapso de su vida a la salud, sobre todo en las diferentes guerras que vivió. En 1914 se unió como médico voluntario a la Cruz Roja y fue enviado a combatir. Recibió, al menos dos veces, heridas de muerte de las que se salvó milagrosamente. Las secuelas que le quedaron lo llevaron a volverse adicto a la morfina, que no logró dejar hasta cuatro años después, cuando se unió a la guerra civil de su país.

Durante la Revolución rusa fue médico militar del lado de los zaristas; su compañía lo abandonó en un pueblo cuando contrajo tifus exantemático. Ahí fue hallado por el Ejército Rojo, quien lo curó y unió a sus filas. La caída definitiva del Imperio ruso en 1923 marcó también el fin de la carrera médica de Bulgákov, quien comenzó a adentrarse en la vida cultural de la recién surgida URSS.

La novela Diario de un joven médico, está llena de pasajes inspirados en sus vivencias con médico durante las distintas guerras y hasta el estallido de la Revolución rusa.

El escritor

Después del triunfo bolchevique, Bulgákov decidió mudarse a Moscú y arrancar ahí su vida literaria. Los primeros años fueron difíciles, pero gracias a su talento logró comenzar a posicionarse en la nueva vida cultural. Su primera gran obra fue una novela: La guardia blanca, que se adaptó al teatro a finales de 1926 bajo el título de Los días de los Turbín. El éxito fue avasallador, pero también dio origen de los problemas que perseguirían al escritor por el resto de su vida.

Mientras sus obras de teatro, cuentos y artículos eran consumidos ávidamente, la policía política registraba su departamento y requisaba escritos que le parecieran comprometedores. Así comenzó la azarosa lucha de Bulgákov contra la censura proveniente del Estado. En 1929 Stalin lo condenó al ostracismo, prohibiendo cualquier publicación y divulgación de sus escritos.

En 1930, Bulgákov tomó una decisión que podría haberlo llevado a un gulag o directo a la muerte si no hubiera sido por la gran suerte con la que corría dentro de su desgracia. Escribió una carta a Stalin quejándose de la censura de la que era víctima, ratificando que su deber era escribir desde la verdad y pidiéndole que lo expulsara de la URSS con su esposa para poder escribir en otra parte.

Este arranque de valentía concluyó con una llamada por teléfono del propio Stalin, quien, para sorpresa de todos, tomando en cuenta la decisión de censurarlo, era un ferviente fanático de Bulgákov (se tiene registro de que asistió al menos en quince ocasiones a la representación de Los días de los Turbín). Stalin le ofreció el puesto de ayudante de dirección en el Teatro del Arte y una supuesta protección. En realidad, sus textos siguieron siendo destruídos por la policía política.

Estos últimos años de vida los dedicó a escribir su más grande obra y una de las mejores novelas de la historia de la literatura rusa: El maestro y Margarita. Desafortunadamente, murió en 1940 por deficiencia renal antes de terminar el manuscrito de este magnífico libro.

Recepción y difusión

Mientras Bulgákov estaba vivo, la recepción y difusión de su obra fue más bien pesadillesca, con la posibilidad de escribir y representar sus obras, para después ser perseguido y censurado por el gobierno. Esta dinámica no terminó ni siquiera con su fallecimiento, sino que tuvo que llegar la muerte de Stalin en 1953 para que se volviera a permitir la distribución de algunas de sus creaciones.

El maestro y Margarita, es el claro ejemplo de la persecución que enfrentó. Empezó a escribirla antes de su muerte, pero debido a la censura, quemó su primer manuscrito. Después volvió a escribirla, pero fue rechazada por la editorial. Finalmente, trabajó la última edición de la mano de su tercera esposa Yelena Shílovskaya , que ella terminó de pulir un par de años después de la muerte de Bulgákov. Hasta 1966 se permitió su publicación en la URSS, pero en una versión incompleta en la que se eliminaron más de 100 páginas. En 1969 se logró su difusión íntegra en Alemania.

Es una novela que retrata la Moscú de la década de los treinta, su hipocresía, el sometimiento de los intelectuales y la crueldad de sus autoridades, todo con un gran sentido del humor. No es de sorprender que El maestro y Margarita sea considerado un clásico literario y se lea alrededor de todo el mundo.

Bulgákov fue un autor valiente que enfrentó la censura y la persecución, pero hoy podemos disfrutar de sus obras literarias de una calidad estilística innegable.