La literatura japonesa lleva varias décadas teniendo un gran auge en el mundo occidental. Gracias a esto, podemos encontrar muchas traducciones de los mejores escritores japoneses. Entre los más destacados e importantes está Natsume Sōseki, un autor obligado para comprender la era de restauración Meiji y los profundos cambios que produjo en Japón.

Periodo Meiji

Para poder comprender la literatura de Sōseki y el contexto que satirizaba en sus obras, es necesario hacer un breve recorrido por la historia de Japón. Durante casi 700 años, las islas estuvieron gobernadas por una especie de dictadura militar llamada shogunato. El último fue el Shogunato Tokugawa, uno de los períodos más famosos, ya que fue el momento en que el país cerró por completo sus fronteras al mundo Occidental e incluso prohibió la salida de los japoneses a otras naciones.

En 1868 terminó el shogunato y comenzó la era Meiji, en la que se apostó por la modernización y occidentalización de Japón. En tan sólo 45 años, miles de extranjeros llegaron al país y otros miles más de japoneses emigraron a otras partes del mundo.

Los que se quedaron en las islas, se encontraron en medio de un choque cultural abrumador no sólo entre las costumbres nacionales y extranjeras, sino principalmente entre los nuevos valores modernos y las tradiciones de miles de años.

Algunos cambios fueron la construcción de una red ferroviaria que atravesó las islas, la industrialización del país, entre otros cambios tecnológicos. Sin embargo, las transformaciones más grandes se dieron a nivel cultural: se democratizó la educación basándose en un modelo europeo y se eliminó la clase samurái, quienes pasaron de ser guerreros a ser burócratas.

¿Quién fue Natsume Sōseki?

Natsume Sōseki vivió durante todos los años que abarcó la Era Meiji, nació en Tokio en1867 y murió en el mismo lugar en 1916. Creció en una familia de samuráis venida a menos que, con la restauración, perdieron su título de nobleza.

Una buena parte de su vida la dedicó a la educación y al aprendizaje. Gracias a las becas que daba el gobierno para estudiar en otros países, estuvo en Londres durante tres años.

Pero este periodo y su vida como profesor no fueron de alegría: le permitieron ver las propias entrañas de una modernización que sí era necesaria, pero que estaba pasando por encima de muchas personas y se estaba llevando a cabo de formas no necesariamente correctas.

Esta visión crítica se tradujo en textos satíricos que dejaban en evidencia las ridiculeces de la restauración Meiji. De ellos salieron sus novelas más importantes, de las que te hablaremos más adelante. Sus obras dejaron registradas, con maestría literaria, los aspectos sociales, políticos y económicos de esta era, por lo que en la actualidad es un texto obligatorio para todos los japoneses.

Sus mejores obras

El estilo de Sōseki es también un reflejo de la era Meiji. Es cierto que no adoptó por completo las nuevas configuraciones literarias europeas ni abandonó los modelos tradicionales de la literatura japonesa, pero logró hacer lo que la restauración siempre pretendió: poner en un solo lugar elementos narratológicos y estructurales modernos, provenientes sobre todo de la literatura inglesa (de la que era profesor) y conservar la cosmogonía implícita de Japón. En sus novelas sigue siendo de vital importancia lo no dicho, la contemplación reflexiva y las elucubraciones alrededor de la muerte.

Escribió Soy un gato entre 1905 y 1906. Su longitud podría asustarte en un primer momento, pero la historia es tan cautivante que en pocos días lo habrás terminado. Un gato, propiedad del profesor Chinno Kushami, es quien narra todos los hechos que lo rodean en su vida cotidiana. Se encuentra justo en los últimos años de la era Meiji, por lo que se dedica a criticar con un sentido del humor ácido y encantador todas las consecuencias que ésta causó.

De primera mano, explica cómo funciona la nueva clase burguesa empobrecida en la que los intelectuales pasivos y tradicionalistas son superados por la juventud activa, pero su contacto con los gatos de otras casas te permitirá conocer también cómo vivían las otras clases sociales. Además, fiel a su profesión, Sōseki en esta novela le dio una gran importancia a la vida estudiantil y profundizó en la personalidad de los estudiantes que se están adaptando al modelo europeo.

Por otro lado, Botchan es probablemente su novela más autobiográfica. Sōseki dejó Tokio para dar clases en un pequeño pueblo de provincia, periodo durante el cual vivió también los contrastes entre un profesor de la capital y la vida en el campo.

Botchan cuenta la historia de un profesor que hace exactamente lo mismo, pero profundiza en el aspecto emocional. Debido a su arrogancia y rebeldía, encuentra trabas en cada una de sus relaciones con otros maestros y alumnos, quienes lo desprecian profundamente por sentirse superior por venir de la gran ciudad. Aquí podrás leer más del enfrentamiento interno entre sectores japoneses, más que de las consecuencias políticas de la restauración.

Finalmente, El caminante fue una de las últimas obras escritas por Sōseki. Si quieres leer una novela por entregas, pero de Japón, es una opción ideal. Está dividida en cuatro grandes bloques con diferentes narradores que parecerían contar historias independientes, pero en realidad te guían al verdadero tema: el triste desamor entre Jiro Nagano y su amada, quien sufre una enfermedad mental y con la cual no puede casarse.

Natsume Sōseki fue un escritor fructífero que dedicó su vida a escribir novelas, pero también muchos haikus. Gracias a eso te puedes acercar a la literatura de la era Meiji. Sōseki fue muy leído también en vida debido a que sus críticas no eran sólo argumentos subversivos sin fondo, sino descripciones divertidas y objetivas de los cambios que todos estaban viviendo.