De niños, muchos de nosotros deseamos tener un disfraz de pirata para jugar a embarcarnos en una gran aventura por los siete mares. El éxito de películas como Piratas del Caribe o series como One Piece, demuestran cuánta curiosidad genera la figura de estos temibles marineros sin importar la edad o época.

Un libro de piratas que es un imperdible, tanto para grandes como para chicos, es La Burbujeante Enciclopedia de Piratas, de Adilson Farias y Anne-Fleur Drillon, una obra en gran formato que contiene las más divertidas y asombrosas historias.

El libro empieza con una carta firmada por el mismísimo Barbanegra, en la cual advierte de un pirata entrometido que ha robado el tesoro que, por herencia, le debería de pertenecer a quien hojea las páginas. Por ello, para que el pequeño lector recupere su botín, le ha enviado la carta yLa Burbujeante Enciclopedia de Piratas pues, de ese vasto catálogo de valientes corsarios, deberá elegir su tripulación para izar la bandera pirata y navegar en busca del tesoro robado.

A continuación, te compartimos ocho datos curiosos de los múltiples que contiene este álbum, así como algunos de los emblemáticos personajes que conforman este catálogo.

1. Betty Bellinger, Meggy Palmer y Black Pam

En la historia han quedado registradas algunas mujeres que se unieron a la piratería. Desde la pirata más poderosa de la historia Ching Shih, quien llegó a comandar 2,000 barcos en el Mar de China, hasta Alwilda, la capitana vikinga, quien huyó de casa y se hizo pasar por marinero para evitar ser casada contra su voluntad.

Por lo general, se tiende a asociar la figura del pirata con algo masculino, debido a lo peligroso y pesado que era el sobrevivir en altamar, pero en realidad son múltiples las historias de mujeres piratas. Pese a que muchos marineros creían que tener damas a bordo era de mala suerte, mujeres de toda clase social y países lograron adentrarse en ese mundo y conseguir ser nombradas capitanas.

Unos cuantos nombres de estas figuras históricas son: Grace O’Malley y Anne Bonney de Irlanda, Mary Read de Inglaterra, Jeanne de Belleville de Francia, Rachel Wall de Pensilvania, Elise Eskilsdotter de Noruega, Lo Hon-Cho de China y Saayida Al-Hurra de Andalucía, gobernadora de Tetuán y aliada del famoso Barbarroja, entre muchas otras.

Inspiradas en estas grandes piratas, en La Burbujeante Enciclopedia aparecen Betty Bellinger, Meggy Palmer y Black Pam, tres feroces y valientes marineras y capitanas que viven asombrosas aventuras con su tripulación.

2. Las mascotas de los piratas

Uno de los capitanes más temibles que encontrarás en La Burbujeante Enciclopedia de Piratas es Coco, un loro que se zampó entero a su capitán después de días de no ver tierra. Por supuesto, históricamente ningún loro llegó a devorarse a su capitán, sin embargo, lo que sí es verdad es la presencia de aves exóticas en los barcos de corsarios y piratas.

A raíz del descubrimiento de América aumentaron los ataques y asaltos navales, dando paso a la Edad de Oro de la piratería. Además del interés que los corsarios mostraron por el oro y las piedras preciosas, las aves exóticas cautivaron su atención, tanto por la belleza de las plumas como por su inteligencia y capacidad para hablar.

Así, los corsarios comenzaron a traficar especies animales propias de América tanto para venderlas a buen precio en el antiguo continente como para tenerlas de mascotas. El exotismo, su capacidad para volar y la astucia de estas aves las convertían en símbolos perfectos de la vida pirata. Otros animales que también llegaron a navegar al lado de los piratas fueron los monos, perros, gatos, serpientes e incluso caballos y mapaches.

3. Ryhen Morgan, el uso de las velas piratas

En las páginas de la enciclopedia encontramos a Ryhen Morgan, un astuto pirata que acostumbra sustituir la bandera pirata por otras más llamativas con anuncios de ofertas para atraer a los buques y asaltarlos. Históricamente, este era uno de los trucos preferidos de los piratas, les gustaba izar diversas banderas de paz o solicitando auxilio para engañar a los barcos que pasaban cerca.

Incluso algunas veces solían vestirse con amplios vestidos para hacer creer a las embarcaciones vecinas que se trataba de mujeres y que, por lo tanto, era un barco inofensivo o que necesitaba ayuda. Por su parte, la bandera pirata o la bandera negra era izada, por lo general, antes de las batallas cuando se deseaba desmoralizar al otro navío.

4. El Carnicero, el doctor de los siete mares

Navegar por las corrientes marinas, asaltar barcos y saquear aldeas era una tarea ardua y peligrosa, por supuesto los riesgos de salir herido, sin un ojo, una pierna o un brazo eran muy altos. No obstante, ¿cómo lograban curarse en alta mar?

En este libro ilustrado encontramos a El Carnicero, el doctor a bordo del Vagabundo, a quien le fascinan los instrumentos afilados y está dispuesto a usarlos a la menor herida para amputar lo que sea necesario. Por supuesto, todos los piratas huyen de él y se esconden en las trifulcas para no resultar heridos y no llamar la atención de su amable médico.

Verse constantemente involucrado en peleas y batallas implicaba para los bucaneros grandes riesgos, de ahí que sea común la representación de piratas con parches, patas de palo o manos de garfio, estas eran las únicas prótesis a las que podían acceder.

Además, la medicina no estaba tan avanzada en los siglos XVII y XVIII, por lo que las cirugías eran similares a una carnicería, de ahí la inspiración para el personaje de la Burbujeante Enciclopedia. De hecho, no fue hasta 1846 que se descubrió la anestesia.

Pero, para fortuna de los piratas, contaban con un sistema de compensación en el que, de ser heridos se les ofrecía un pago extra con el que podían vivir cómodamente en tierra firme.

5. Los instrumentos indispensables para ser un pirata.

En La Enciclopedia de Piratas no sólo encontramos a los más valientes marineros, sino también el arsenal del pirata perfecto, es decir, un amplio repertorio de objetos y accesorios indispensables para todo corsario o bucanero. En éste encontramos desde pomadas, patas de palo, parches de ojo, puñales, sables, hachas, pistolas, juego de dardos, garfios, pendientes e, incluso, el tricornio, el sombrero del capitán.

Algunos de estos instrumentos podrían parecer banales como los pendientes, sin embargo, detrás de ellos había una fuerte superstición y utilidad. Los piratas solían portarlos pues creían que los protegían del ahogamiento y del naufragio, además, tenían la idea de que perforarse las orejas daba mayor agudeza visual. Por si ello fuera poco, los pendientes de oro funcionaban como pago para recibir un entierro digno si es que llegaban a morir en batalla.

6. Los monstruos marinos y mitos

Durante mucho tiempo el mar fue un lugar desconocido y repleto de misterios. Incluso en los mapas se solían representar los monstruos que se creía habitaban sus aguas. Como es de esperarse, los piratas llegaron a escuchar, conocer y transmitir muchos de esos mitos y leyendas. En las noches, como parte del entretenimiento, solían narrar aquellas historias sobre los indecibles seres que habitaban las profundidades.

En nuestro libro infantil sobre piratas encontramos varias de esas criaturas marinas como el Kraken, la Gran Serpiente Marina, el Cambialagua, las sirenas, entre muchos otros. El Kraken, por ejemplo, era una de las criaturas de las sagas nórdicas más temidas. Llegaba a medir hasta una milla y media de largo y a veces era confundido con una isla. Con sus tentáculos podía hundir barcos enteros y tenía la capacidad de tragarse incluso a las ballenas.

7. Barbafucsia

Tal vez dos de los piratas más famosos sean Barbarroja y Barbanegra. Hayreddín Barbarroja fue un corsario al servicio del sultán Solimán el Magnífico. Navegó en el Mar Mediterraneo a inicios del siglo XVI y conquistó países como Argel y Túnez librando batallas contra el ejército del emperador Carlos V.

Por su parte, durante el siglo XVIII, Edward Thatch, mejor conocido como Barbanegra, aterrorizó el Caribe con su impresionante aspecto. Se dice que antes de cada batalla colocaba bajo el sombrero largas cerillas encendidas para que el humo le diera un aspecto aterrador.

Inspirado en ambos personajes, en La Burbujeante Enciclopedia encontramos a Barbafucsia. Sin embargo, este elegante pirata, a diferencia de su primo lejano Barbanegra, no se coloca humeantes cerillas de cáñamo y cal muerta para aterrorizar a todos, sino que se esparce lentejuelas por la barba y baila la Macarena para distraer a los barcos enemigos y adueñarse de ellos mientras todos ríen.

8. Pero, ¿desde cuándo existen los piratas?

Aunque la Edad de Oro de la pirateria duró de 1620 a 1730, debido a la colonización de América y la constante extracción de recursos y su traslado por mar, ya desde el siglo V antes de Cristo encontramos referencias históricas sobre esta actividad en el Golfo Pérsico, el mar Mediterráneo y el mar de China. Un ejemplo de ello es la pirata Artemisia I, reina de Halicarnaso, actual Turquía, de quien se tiene registro de su existencia en el siglo V a.C., o bien, Teuta de Iliria, reina de una tribu de los Balcanes en el siglo III a.C.

En ocasiones, creemos que los piratas han quedado en el pasado, lo cierto es que aún en varias partes del mundo como el Océano Índico y el mar Arábigo se siguen dando estas prácticas.

La figura del pirata puede llegar a ser muy llamativa para los niños por representar la libertad y un estilo de vida lleno de aventuras. Con la La Burbujeante Enciclopedia de Piratas nuestros peque��os podrán explorar ese mundo turbulento e inmerso en adrenalina desde la seguridad del hogar.

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