Existen muchas teorías sobre el efecto que nos causan las películas, series o libros de terror, desde las justificaciones fisiológicas hasta las interpretaciones sociológicas.

Está aceptado, casi con unanimidad, que nuestra filiación por el terror proviene de nuestros instintos más primitivos: activa nuestro instinto de supervivencia, y éste, a su vez, desencadena un golpe de adrenalina. En consecuencia, es placentero para el ser humano.

El golpe de adrenalina surge cuando un ente sobrenatural aparece de golpe en la pantalla, como en El Conjuro, o cuando vemos a la protagonista huir desesperadamente del asesino al más puro estilo de La masacre de Texas. Una secuencia de segundos, incluso instantes nos atrae invariablemente al susto.

Sin embargo, los libros de terror no funcionan igual, entonces ¿por qué nos encanta leer historias de terror?

La literatura de terror

El término “terror” tiene muchas definiciones e interpretaciones. De forma llana, el terror remite a una intensa sensación de miedo, tan intensa que puede paralizarnos o hacernos perder la consciencia.

Es decir, toda la literatura de terror opera a partir del miedo que genera en un lector. La sensación de miedo, desde nuestro instinto, surge de todas las situaciones que percibimos como peligrosas.

Las “cosas” que nos generan miedo son infinitas y depende de cuestiones culturales y personales. Aquellas convenciones sociales son de las que se aprovechan los autores para generar miedo intenso.

Género gótico: el miedo a lo sobrenatural

El género del terror data finales del siglo XVIII, en la llamada literatura gótica, que, a su vez, proviene del Romanticismo.

Autoras como Mary Shelley y su Frankenstein o Sheridan Le Fanu con Carmilla parten del miedo a lo sobrenatural. Es decir, a todo aquello que no tiene una explicación o va más allá de lo propiamente humano.

Seres sobrenaturales como licántropos, entes etéreos o personajes vampíricos inspiraron el terror hacia el sufrimiento no sólo físico sino también metafísico.

El terror está entre nosotros

Por otra parte, se encuentra el miedo hacia nosotros mismos. Cuentos como “El corazón delator”, de Edgar Allan Poe, nos muestran un inquietante relato sobre el terror que emana desde nuestro interior. Ya no es el miedo a Drácula sino el miedo a descubrirnos.

El terror proviene de nuestro hogar, de nuestros seres queridos o de nosotros mismos. Se trata de una fuente totalmente real que en ocasiones puede crear ilusiones o cambiar a algo desconocido.

Autores como Horacio Quiroga, o las mexicanas Inés Arredondo y Amparo Dávila cultivaron cuentos terroríficos con pocos o nulos elementos fantásticos.

El horror cósmico de Lovecraft

Por otra parte, para H. P. Lovecraft, el terror se define como el miedo a lo desconocido. Tememos a todo aquello que está vedado a nuestro entendimiento y a nuestra mirada.

El horror cósmico parte de esta idea, pero no proviene de magia y seres sobrenaturales sino de entidades provenientes de otros mundos y otras dimensiones.

El terror metafísico está por encima de perjuicio físico. Tememos a la locura antes que a la muerte misma. “La cosa en el umbral” o En las montañas de la locura expresan con maestría esta premisa.

¿De verdad nos encantan los libros de terror?

La sensación de terror en los libros no es inmediata, como en las películas. La literatura se toma su tiempo para causarnos miedo, necesitamos imaginar todo aquello que la historia describe y narra, poco a poco, construimos un ambiente sombrío y silencioso.

Además, los cuentos de terror emplean el llamado giro de tuerca para crear la misma sensación que una aparición en pantalla. Primero nos adentran en una narración oscura y se guardan la mejor parte para el final.

No hay discusión sobre el gusto del público por las películas de terror. La muestra es la gran cantidad de filmes exitosos de este género.

Muchas son las hipótesis sobre nuestro gusto por las historias de terror, la única certeza es que no podemos dejar de leer o ver.

Aunque los mecanismos para generar miedo en libros o películas son distintos, no te decepcionarás al leer historias de horror cósmico, sobrenaturales o con un asesino al acecho. Si eres fan de las películas de terror, pero recién comienzas a explorar los libros, te resultará sorprendente.