¿Por qué a los niños les encanta celebrar su cumpleaños?

¿Sabes por qué festejamos los cumpleaños? ¿Alguna vez te has preguntado de dónde vienen las tradiciones y costumbres detrás de esta celebración? ¿Te imaginas como son las fiestas de cumpleaños en otras partes del mundo o en otras culturas?

Aquí te contamos 8 datos curiosos al respecto, te explicamos las razones psicológicas de por qué a los niños les gusta tanto celebrar su cumpleaños y te recomendamos Diminuto cumpleaños, Un tricuento medieval, un libro infantil para ese día especial.

Razones psicológicas de por qué a los niños les gustan los cumpleaños

Si bien, cada lugar celebra de manera distinta esta fecha, en la mayoría de los casos, los niños suelen esperar con ansia su día. Y, aunque en un primer momento podemos llegar a pensar que la razón de esto se encuentra en el pastel, la piñata o los dulces que reciben ese día, la verdadera causa es mucho más profunda.

Para los niños, cumplir años está lleno de significado. Cada año se traduce para ellos en un logro, basta ver cómo se emocionan cuando descubren que han crecido un par de centímetros, lo mismo ocurre cuando pueden decir que han cumplido un año más. Aunque aún no sepan contar, los hace sentir grandes y orgullosos el poder agregar un dedito más al momento de responder a la pregunta de “¿Qué edad tienes?”.

A partir de los tres años los pequeños comienzan a descubrir su “yo”. Es aquí cuando repiten sin cesar la frase “yo puedo solo” en una búsqueda de autoafirmar sus propias capacidades y ejercer en cierta manera su independencia. Durante su celebración de cumpleaños los niños asocian el tener más edad con tener mayor capacidad, por lo que cumplir años se traduce en motivo de orgullo.

Además, durante la fiesta, el ver a sus amigos y a la familia reunida con el único motivo de celebrarlos hace que aumente su autoestima. Saber que todos están ahí por ellos, los hace sentir importantes, valiosos y queridos. Además, elevamos su amor propio de manera sana al hacerlos sentir como los verdaderos protagonistas. Por si ello fuera poco, las fiestas de cumpleaños les ayudan a los niños a socializar en grupos grandes, contribuyendo a su seguridad.

1. ¿Cuál es el origen de los cumpleaños?

Los primeros en celebrar como tal la fecha de nacimiento fueron los persas. Esta cultura creía en el destino y en la importancia de la posición de los astros. Por ello era importante conmemorar que las estrellas volvían a alinearse de la misma forma en que lo habían hecho el día del nacimiento de una persona.

De manera similar, los egipcios, aproximadamente en el año 3000 a.C., solían celebrar cada año la fecha en que el faraón había sido coronado. La intención era desearle un largo reinado y ahuyentar los malos espíritus que se creía acudían en ese día a intentar robar el alma del regente.

2. Pasteles con forma de luna

Te sorprenderá saber que los pasteles con velas tienen su origen en los ritos religiosos a Artemisa, deidad de la fertilidad, la luna y la cacería. En la Antigua Grecia, los sextos días de cada mes, se ofrecían a la diosa unos panes llamados obelinas, éstos se elaboraban con miel y se adornaban con cirios encendidos para asemejar la luz de la luna. Más tarde, se transformó esta costumbre dando paso a los pasteles y las velas encendidas.

3. Un manjar reservado para los más ricos

En un inicio, los pasteles eran solamente para las personas ricas, como los reyes y las familias pertenecientes a la corte. Fue hasta la Revolución Industrial, con la baja de los precios de los ingredientes, que se popularizó celebrar los cumpleaños con pasteles, haciendo accesible estos manjares para todas las clases sociales.

4. ¿Por qué soplamos velitas para pedir deseos?

En la Edad Media creían, al igual que los egipcios, que los malos espíritus o demonios rondaban al celebrado a lo largo de este día, por lo que la luz de las velas tenía la misión de ahuyentarlos. También comenzó a surgir la costumbre de pedir un deseo al soplar las velas, pues se pensaba que las plegarias se unirían al humo y sería más fácil que llegaran a Dios.

5. Distintas formas de contar los años

Mientras en este lado del mundo solemos contar los años a partir de que nacemos, en países como China, Corea y Japón, toman en cuenta el tiempo desde la concepción. Por ello, aunque el embarazo sólo dura 9 meses, al nacer, el bebé ya cuenta con un año, además, consideran que todos obtienen uno más durante el año nuevo. De tal manera, los bebés obtienen su segundo año con el fin del calendario chino, incluso si aún no han transcurrido 365 días desde su nacimiento.

Por otro lado, en Mongolia miden la edad tomando en cuenta los ciclos lunares que han transcurrido desde el nacimiento y en Vietnam no celebran los cumpleaños de forma individual, sino que todos celebran durante el Año nuevo chino su nueva edad.

6. Piñatas, una tradición característica de México

Un elemento que no puede faltar en las fiestas infantiles de nuestro país es la piñata. Todos alguna vez hemos intentado romper una sin imaginar siquiera que su origen se remonta a la cultura China. Según Marco Polo, las piñatas eran usadas en las celebraciones del Año nuevo chino y representaban a uno de los 12 animales del zodiaco.

Este explorador se encargó de llevar la tradición a Italia y de ahí viajó hasta México, específicamente al convento San Agustín de Acolman, Estado de México. Los frailes las usaban para evangelizar durante las posadas y comenzaron a popularizarlas. Poco a poco la tradición se fue extendiendo hasta usarse también en los cumpleaños. Curiosamente, mientras en México sigue vigente esta costumbre, en China se ha perdido por completo la tradición.

7. ¿Conoces el origen de “Las Mañanitas”?

Aunque en México la canción de “Las Mañanitas” es muy popular, el resto de los países la desconocen, siendo más popular la canción de Happy Birthday o Cumpleaños Feliz, la cual se suele adaptar al idioma de cada región.

De tal forma “Las Mañanitas” se canta solamente en nuestro país, siendo una canción propia de la cultura mexicana. Sin embargo, aunque el compositor zacatecano Manuel M. Ponce, también autor de “La Cucaracha”, fue quien la compuso durante el siglo XX, ya antes de él había versiones antiguas de esta canción en la cultura sefardí durante la España medieval.

8. Costumbres del mundo

Cada lugar del mundo tiene una manera distinta de celebrar los cumpleaños. En Alemania, por ejemplo, acostumbran encender las velas en la madrugada para dejar que éstas se consuman por sí solas. En República Dominicana mojan a los cumpleañeros, en Jamaica los enharinan y en Canadá les untan la nariz con mantequilla, mientras en México los embarramos de pastel.

Tal vez algunas tradiciones puedan parecer extrañas o dolorosas, como la de los españoles, quienes suelen dar un tirón de orejas por cada año cumplido, no obstante, esto no es tan extraño como el hábito irlandés de tomar a los niños por los pies y hacer que su cabeza golpee el suelo tantas veces como años cumplidos.

De igual forma, hay otras tradiciones sumamente tiernas y conmovedoras, como la de los brasileños, quienes suelen obsequiar la primera rebanada de pastel a su persona favorita o la costumbre coreana de tomar sopa de algas, un alimento típico durante el embarazo, para recordar y honrar los cuidados y el amor que mamá mostró desde el inicio de la concepción.

Un libro infantil sobre cumpleaños

Diminuto cumpleaños, Un tricuento medieval de Diego Arboleda y Mol, es un libro infantil de la Editorial Anaya que con suma belleza aborda el entusiasmo de los niños ante su día especial.

El libro-álbum contiene imágenes de gran riqueza gráfica. Cada escenario y personaje están diseñados de tal manera que resaltan los elementos geométricos. Esto cual recuerda ligeramente a la estética cubista y el arte abstracto de pintores como Manuel Felguérez. Al mismo tiempo, su temática medieval, contrasta con la modernidad de las ilustraciones, atrapando al espectador.

Los niños de entre 3 y 6 años amarán el libro y a sus personajes, sobre todo a Diminuto, el rey chihuahua que está a punto de cumplir años junto con dos amigos especiales. Los rostros expresivos, el lenguaje jocoso y divertido y los juegos de palabras de este cuento en verso fascinarán a niñas y niños y los harán identificarse con la espera de Diminuto por celebrar su gran día.

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