La lactancia materna se lleva a cabo en los dos primeros años de vida del bebé y es un tema que se puede abordar desde distintas aristas, como la biológica, emocional y de salud. Sin embargo, una de las relaciones que tal vez podría no resultar tan obvia es la de la lactancia y el feminismo, pues es un elemento reproductivo que atiene a los derechos de las mujeres. Como todo lo que defiende el feminismo, existen muchas perspectivas a partir de las cuales plantear la relación que tiene con la lactancia materna. En este artículo se expondrán algunas.  

El derecho a elegir 

“Mi cuerpo, mi decisión” es una de las consignas más importantes del feminismo. Esto aplica para una inmensa cantidad de temas, entre ellos la lactancia. Ésta no debe ser vista como una obligación para ser una “buena” madre, así como que el decidir no amamantar pueda implicar menos amor hacia los hijos. La lactancia materna es uno de los mecanismos a través de los cuales las mujeres declaran el poder que tienen sobre su propio cuerpo, nadie más que ellas tiene el derecho de elegir. La decisión que tomen siempre tiene que venir desde la libertad y la información y no estar ligada a los discursos o exigencias externas.  

Lactancia y trabajo 

Aunque el feminismo ha tenido una lucha activa por la igualdad de condiciones laborales para hombres y mujeres, en el aspecto de la lactancia se siguen haciendo esfuerzos por mejorar las circunstancias en las que se encuentran algunas mujeres trabajadoras. Existen circunstancias en la que las madres desean amamantar a sus bebés, pero no tienen el tiempo en su trabajo ni el espacio asignado para hacerlo en sus oficinas.   Las mujeres nunca deberían verse obligadas a escoger entre su trabajo de madre y sus demás trabajos, pues la actividad de amamantar no es su “tarea”, “obligación” o “deber”. Por lo tanto, todas las oficinas deben contar con salas de lactancia en las cuales las madres en periodo de lactancia puedan alimentar a sus bebés y/o extraerse leche durante su horario laboral para así lograr una integración entre todas las actividades que realizan. 

Amamantar en público 

Gracias a la lucha de miles de mujeres, se ha logrado que la imagen femenina deje de ser sexualizada como antes. Dentro de este esfuerzo se encuentra la eliminación de los senos como un elemento puramente sexual, pues son, sobre todo, una fuente de felicidad para las madres que decidieron amamantar y sus hijos que reciben alimento. Es así como la imagen de una mujer amamantando en público debe resultar tan natural como cualquier otra forma de alimentación infantil.   Aunque las mujeres son las únicas que pueden amamantar a sus bebés, la lactancia tiene que involucrar a todos los miembros de la familia, así como a los de la sociedad. Se debe exigir a las autoridades mejores legislaciones, a las instituciones más y mejor información al respecto y a la comunidad más respeto.   El feminismo hace un esfuerzo constante por mejorar las condiciones en las que viven las mujeres. Cuando éstas deciden ser madres y amamantar a sus bebés, su lucha se extiende a la mejora de las condiciones sociales y laborales para que puedan llevar a cabo todas sus actividades de manera armónica. La mejor forma de defender los derechos es a través de la información, una vez que se tienen todos los datos que se necesitan, se podrá tomar una decisión libre y consciente de lo que implica amamantar. Una buena fuente de conocimiento para tomar estas decisiones es el Larousse del bebé, donde se encontrarán todos los cuidados necesarios para un recién nacido.