Marcel Proust es uno de los escritores más influyentes de la historia de la literatura. Sus técnicas, así como sus historias, han pasado a formar parte no sólo de la cultura de los estudiosos literarios, sino de la mayoría de las personas. Y, aunque todos sabemos que su obra más famosa es En busca del tiempo perdido, ¿realmente cuánto sabes de él? Éstos son algunos datos curiosos.

Proust era asmático

A los 10 años sufrió su primer ataque de asma, que desencadenaría diversos padecimientos que harían que su salud fuera muy frágil por el resto de su vida. A pesar de esto, siempre intentó mantener una vida activa y normal, incluso acudió a hacer su servicio militar y tenía intenciones de pelear en la Primera Guerra Mundial (evidentemente, fue rechazado).

Esta enfermedad le trajo muchas complicaciones en su vida. Lo volvió adicto a varios medicamentos y tratamientos adictivos de la época, como el uso de morfina y belladona. El consumo de sustancias tóxicas fue algo que lo persiguió a lo largo de su vida.

Sin embargo, también hubo algunas ventajas del estilo de vida sedentario que se veía obligado a llevar. Fue en esos momentos de reclusión, descanso y retiro ante una crisis de salud en los que escribió buena parte de su obra.

El asma fue la que finalmente lo llevó a padecer neumonía y morir una semana después. Aunque murió muy joven en relación con los estándares actuales, sólo tenía 51 años, para los parámetros de la época esa era la media de vida.

En busca del tiempo perdido, un trabajo inconcluso

Como ya lo mencionamos, Proust murió a una edad promedio para su época. Sin embargo, dejó varios de sus manuscritos de las últimas partes de En busca del tiempo perdido en edición, lo que conocemos son sus versiones sin terminar.

Proust comenzó a escribir esta obra cumbre en 1908 y la “concluyó” hasta 1922. Está dividida en siete partes distintas: Por el camino de Swann, A la sombra de las muchachas en flor, El mundo de Guermantes, Sodoma y Gomorra, La prisionera, La fugitiva y El tiempo recobrado. Las últimas tres fueron publicadas póstumamente.

Todas las partes componen una obra completa. Proust tenía una forma muy interesante de escribir: esbozaba toda la historia, incluyendo el final, y después anexaba paperolles, añadidos que hacía a los manuscritos, para completar la trama.

Gracias a esta técnica de escritura, cuando Proust reconoció que su salud estaba decayendo, escribió el final de El tiempo recobrado, para que creara un efecto circular con la primera frase de Por el camino de Swann.

Sus ventas no corresponden a su fama

Es indudable que, en la actualidad, Proust forma parte del vocabulario común de todas las personas. Pero ¿realmente cuántas lo han leído? ¿Conoces a alguien que haya terminado todas las partes de En busca del tiempo perdido?

Desde 1919 hasta 2020, se han vendido dos millones de ejemplares de Por el camino de Swann, bajando hasta la mitad al llegar a la segunda parte. El consumo más bajo lo tiene La fugitiva, con sólo 413,679 ventas en esos cien años. Esa cifra sube un poco para El tiempo recobrado porque la gente tiende (no sabemos por qué) a leer sólo el primer y último tomo.

Esto se debe en parte a su complejidad (Proust es famoso por utilizar frases larguísimas y subordinar sus oraciones constantemente), pero sobre todo por el prejuicio de que es una obra “interminable”. Sin embargo, si leyeras dos horas al día terminarías más o menos en dos meses y medio todas las partes.

Participó en un duelo a muerte

El 5 de febrero de 1897 Proust participó en el único duelo de su vida contra el también escritor francés Jean Lorrain. Este último había publicado en el periódico que Proust mantenía una relación homosexual con Laucet Daudet, por lo que Proust decidió retarlo a duelo para defender su honor. Ambos dispararon a la tierra, decidieron que con eso era suficiente, y siguieron odiándose por el resto de sus vidas.

Esta anécdota en realidad esconde uno de los mayores sufrimientos, pero también elementos importantes, de la vida de Proust: su homosexualidad. En la época (tan sólo dos meses después del duelo de Proust, Wilde sería encarcelado por la misma razón), la homosexualidad era considerada un delito, por lo cual Proust no se atrevió a revelar sus preferencias sexuales.

A pesar de esto, su literatura está llena de referencias a la diversidad sexual y a la libertad del amor. En todas las partes de En busca del tiempo perdido aparecen personajes homosexuales o bisexuales, sobre todo mujeres, que viven con total libertad. Asimismo, existen diversas cartas, cuentos y escritos que contienen escenas de amor gay.

Todos estos datos y muchísimos más los puedes encontrar en El proustógrafo del periodista francés Nicolas Ragonneau. En él encontrarás información tanto de la vida de Proust, de información lexicográfica de sus escritos, así como de su influencia en todo el mundo.