Dentro de nuestro cuerpo ocurren varios procesos extraordinarios que son más complejos de lo que parecen. Es importante que te percates de esas pequeñas partes en tu interior que ayudan al equilibrio de tu cuerpo. Un elemento muy valioso de esto son la microbiota y el microbioma, sobre los que aprenderás en esta nota.

¿Qué es la microbiota?

Rocío Marina López Ribelles explica, en su libro Microbiota y alimentación consciente, que la microbiota es la comunidad de microorganismos vivos que habitan en diferentes partes de tu cuerpo, como lo son la piel, la boca e incluso el cerebro. Aunque viven en diversos lugares, la mayor parte de ellos se encuentran en el tracto gastrointestinal.

Por otra parte, el microbioma es la función que tiene la primera en el organismo. Aunque ambos son importantes y se relacionan, no deben confundirse para poder entender cómo funcionan estos microorganismos y la forma de mantener su equilibrio.

¿Para qué sirve?

La doctora Rosa del Campo-Moreno destaca cómo los avances médicos han contribuido a un mayor reconocimiento de la importancia de la microbiota. Hoy en día, toda la comunidad médica coincide en que una microbiota saludable es esencial para mantener un óptimo estado de salud.

No obstante, entender este concepto puede parecer abstracto. En términos generales, la microbiota desempeña un papel fundamental en tu organismo desde el momento en que naces. En ese momento, las células del sistema inmune inician el proceso de reconocimiento de su entorno para desarrollar tu sistema inmunológico. Es aquí donde entran en juego las bacterias y hongos de tu microbiota, estableciendo contacto con el entorno exterior y colaborando en la diferenciación entre lo propio y lo ajeno para el sistema.

Cuando, debido a condiciones externas, no se crea suficiente variedad de microbiota o se desequilibra el proceso, se puede desarrollar una enfermedad. Estas condiciones pueden ir desde una simple incomodidad intestinal, alergias en la piel e infecciones graves, hasta cáncer, Parkinson y síndrome del intestino irritable.

¿Cómo cuido la microbiota?

La diversidad de la microbiota es fundamental para considerarla sana. Por lo tanto, para poder aumentar esa variedad necesitas comer una amplia cantidad de productos alimenticios de origen vegetal a lo largo de tu semana.

Evita comer todos los días, por ejemplo, espinacas, que, aunque son saludables, no alimentan de forma variada las bacterias de tu sistema digestivo. En cambio, procura introducir semillas, leguminosas, frutas y verduras a lo largo de tu día. Asimismo, sé consciente de los alimentos que te causan incomodidad intestinal y evita consumirlos.

La microbiota también existe en el cerebro y hay una conexión muy estrecha entre el sistema digestivo y éste. Es así que las emociones tienen un papel fundamental en el microbioma; asimismo éste influye en tu estado mental. Cuando el equilibrio emocional se afecta, los neurotransmisores no son liberados de forma óptima causando aún más estragos en el ánimo.

Tener prácticas regulares de meditación, de manejo del estrés y de cuidado de la salud mental propician un mejor microbioma y la liberación equilibrada de hormonas y neurotransmisores.

Para poder mantener el equilibrio, es necesario fijarse en todos los elementos que componen al cuerpo: desde el exterior del cuerpo (como la piel) y los órganos (como los pulmones), hasta la salud mental y, por supuesto, los pequeños organismos que ayudan a mantener todo en orden.

La importancia de la microbiota es un recordatorio más del valor de la alimentación variada y equilibrada, así como de la gran influencia que tienen las emociones en el funcionamiento de todos nuestros mecanismos.