Cuando pensamos en vampiros, lo primero que se nos viene a la cabeza es Drácula, el personaje creado por Bram Stoker para la novela del mismo nombre y publicada en 1897. A partir de ese momento, esta figura cobró una importancia inmensa que sigue teniendo hasta nuestros días, con obras como Crepúsculo y otros libros juveniles. Acompáñanos en este corrido tenebroso y sangriento de los libros de vampiros (y una que otra película).

Los primeros libros de vampiros

No cabe duda de que Drácula es el vampiro más famoso de la historia, marcó un antes y un después en la forma de concebir a estos seres terroríficos en la literatura y en la cultura en general. Sin embargo, Bram Stoker fue la culminación de varios intentos anteriores de llevar estos personajes al mundo de las letras. Estos son algunos de los más importantes:

“Der Vampir” de Heinrich August Ossenfelder

Este poema es considerado la primera manifestación literaria de los vampiros. Fue publicado en 1748 y creado por el escritor alemán Heinrich August Ossenfelder. Ossenfelder hace uso de los elementos de la literatura gótica para crear una atmósfera macabra entre dos amantes: “Y cómo al dormir eres delicada/ Hasta ti llegaré arrastrándome, / Y la sangre de tu vida será drenada”.

El vampiro de John William Polidori

¿Recuerdas la emblemática historia de cómo Frankenstein nació de un juego entre Mary Shelley y Lord Byron, quienes apostaron escribir la mejor historia de terror mientras pasaban unos días en una finca tenebrosa? Pues esa noche también dio a luz a otra obra icónica para la literatura de terror: El vampiro, la primera novela donde aparece un vampiro moderno, seductor, cruel, romántico y sanguinario.

Carmilla de Joseph Sheridan Le Fanu

Esta novela corta gótica presenta a una vampira femenina, Carmilla, que seduce a una joven llamada Laura. Es una de las primeras obras en explorar el tema del vampirismo lésbico y ha tenido una gran influencia en la literatura de vampiros posteriores.

El nacimiento de Drácula

Bram Stoker no creó su personaje Drácula de la nada, sino que lo hizo basándose en un personaje tradicional de la cultura rumana: Vlad “El empalador”. En la investigación de Dan Munteanu Colán titulada “La inmortalidad de Drácula: historia, leyenda, ideaciones…”, el autor explica que para el pueblo rumano este personaje pasó a la historia como una especie de Robin Hood, pero más cruel e indomable. Bram Stoker tomó esta leyenda y la hizo famosa a nivel mundial, aunque con muchos giros argumentales y propuestas literarias que le han granjeado un puesto estelar entre los clásicos de la literatura de terror. Éstas son algunas de las razones:

  1. Pionero del género: aunque ya vimos que no fue la primera novela de vampiros, sí fue la primera en tener esta fama y ser distribuida a tal nivel, además de formar parte del bagaje cultural de miles de millones de personas, a diferencia de sus antecesoras. Aunado a esto, introdujo muchos tópicos que a partir de ese momento comenzamos a relacionar con los vampiros, como su odio al sol, la necesidad de sangre humana para sobrevivir y poderes sobrenaturales.
  2. Exploración de temas más allá de los vampiros: el Conde Drácula, Jonathan Harker, Mina y Lucy son sólo una excusa a través de la cual Stoker abordó temas mucho más complejos como el miedo a lo desconocido, la lucha entre el bien y el mal, la sexualidad reprimida y la tensión entre la modernidad y la tradición.
  3. Narrativa innovadora: Stoker empleó una estructura narrativa única incluso para nuestros días, pues utilizó diarios, cartas, registros de audio y recortes de periódicos para contar la historia desde múltiples perspectivas. Así que la influencia de Drácula va más allá de la temática y es también un referente narratológico.
  4. Influencia a través del tiempo: la figura de Drácula se ha convertido en un ícono cultural reconocido en todo el mundo. Ha inspirado numerosas adaptaciones literarias, cinematográficas, televisivas, teatrales y de otros medios, convirtiéndose en un personaje omnipresente en la cultura popular.

Drácula en el cine

Para hablar del gran impacto que ha tenido Drácula para la cultura popular, comenzaremos abordando su influencia directa en el cine. Existen cientos de adaptaciones a la pantalla grande de la novela de Stoker, algunas más fieles que otras, pero todas imperdibles. Sin duda la maestría del escritor ha inspirado a los directores y guionistas a crear obras maestras ellos mismos.

Nosferatu, eine Symphonie des Grauens (1922)

Dirigida por F.W. Murnau, esta película muda alemana es una adaptación no autorizada de Drácula. Debido a problemas de derechos de autor (los herederos de Stoker los demandaron por plagio) se cambiaron algunos detalles de la trama y los nombres de los personajes, pero sigue siendo reconocida como una de las mejores adaptaciones cinematográficas del libro.

Drácula (1931)

Si en nuestro imaginario colectivo al pensar en vampiros lo primero que se nos viene a la cabeza es este hombre pálido, de cabello negro, con el cuello del saco levantado y vestido elegantemente, se lo debemos a esta película de Tod Browning, una de las adaptaciones más famosas de la novela de Bram Stoker.

Béla Lugosi interpretó el papel de Drácula, estableciendo esta imagen icónica del vampiro en la pantalla grande (si quieres saber un dato curioso, Lugosi se metió tanto en su papel, que murió creyendo que era el mismísimo Conde Drácula).

Drácula de Bram Stoker (1992)

Fue dirigida por Francis Ford Coppola y es considerada la adaptación más fiel a la novela original. El magnífico Gary Oldman interpretó a Drácula, con un elenco que incluía a Winona Ryder, Anthony Hopkins y Keanu Reeves. Uno de los mayores logros de esta adaptación fue dotar de nuevo sentido y simbolismo a una obra tan conocida y trabajada. Coppola le dio mucha más profundidad a un personaje que parecería ya no tener mucho más de dónde sacar, demostrando así la maestría tanto del director como de Stoker al crear un personaje tan maravilloso.

Los vampiros de hoy

Los vampiros siguen siendo importantes el día de hoy. No podemos negar que en cada uno de los libros nuevos que leemos sobre este tema, se encuentra la semilla que dejó Stoker, a pesar de todo lo que han cambiado las historias. Aunque muchos puedan criticar el giro tan inesperado que ha tomado en las últimas décadas, alejando a los vampiros cada vez más de ese monstruo inalcanzable, sanguinario y oscuro, es gracias a que los escritores han sabido adaptar la figura del hematófago a los cambios culturales y a las tendencias literarias.

Una de las novelas más famosas de vampiros de los últimos años es la saga de Crepúsculo de Stephanie Meyer, donde conviven varios de los elementos clásicos de la literatura de vampiros (sólo hace falta ver a los Vulturi de Luna Nueva, personificaciones casi exactas del Drácula de Béla Lugosi) con elementos de las novelas juveniles: un romance adolescente, otros factores fantásticos como hombres lobo, lunas de miel en islas paradisíacas y vampiros millonarios que conducen autos deportivos.

Te invitamos a acercarte tanto a la literatura clásica en el libro Vampiros, que recoge varios de los relatos más importantes; como a nuevas versiones infantiles y juveniles donde los vampiros ya no son ese ente que nos causa miedo y pesadillas en la madrugada, sino incluso a veces son algo a lo que aspiramos a ser, como en Los mandamientos vampíricos, o que conviven con nosotros a la vuelta de la esquina, como se puede leer en Los Radley.

Desde los primeros intentos literarios de llevar estos seres terroríficos al mundo de las letras hasta la influencia duradera de Drácula en la cultura popular y el cine, hemos visto cómo los vampiros han sido tanto reflejo como impulsores de los cambios culturales y literarios a lo largo del tiempo.