En 1988, Stephen Hawking publicó un libro destinado a cambiar para siempre la relación entre ciencia y cultura, Historia del tiempo. Del Big Bang a los agujeros negros. El libro se convirtió en un éxito de ventas mundial, y no porque simplificara el contenido, sino porque hizo de la complejidad un relato fascinante.

Hawking, físico teórico de renombre, logró acercar a millones de lectores a los misterios del universo, la teoría de la relatividad, los agujeros negros y la naturaleza del tiempo con una prosa clara y hasta divertida en ocasiones.

En este artículo, exploraremos el valor de Historia del tiempo como obra divulgativa, así como su relación con la teoría de la relatividad, que en manos de Hawking deja de ser un concepto abstracto para convertirse en una herramienta que nos obliga a repensar el cosmos y nuestro lugar en él.

Ciencia al alcance del lector común

Historia del tiempo aborda temas astronómicos y físicos de enorme complejidad como el origen del universo, la flecha del tiempo, la expansión del cosmos, la mecánica cuántica, los agujeros negros y la posibilidad de una teoría unificada del todo. Pero el mérito de Stephen Hawking no está en el modo en que presenta estos temas que podrían parecer inaccesibles para cualquiera que no tenga cierto conocimiento científico.

Consciente de que sus lectores no serían físicos ni matemáticos, Hawking prescinde en gran medida de las fórmulas (el propio autor advierte que solo ha incluido una sencilla: E=mc^2) y opta por el poder de la analogía, el ejemplo concreto y la estructura narrativa.

La portada de un libro, "Historia del Tiempo del Big Bang a los Agujeros Negros" de Stephen W. Hawking.

No se trata de explicar la ciencia, sino de contarla, de hacer que el lector se sienta parte del proceso de descubrimiento. En ese sentido, el libro se aproxima a la literatura: crea un hilo conductor, genera tensión, propone preguntas que mantienen el interés vivo.

Parte de este estilo accesible se debe a las circunstancias personales del autor. Afectado por una enfermedad degenerativa, Hawking dependía de un sintetizador de voz y de la escritura lenta y metódica. Esa limitación terminó afinando su estilo: frases breves, lenguaje directo, una prosa sin adornos innecesarios pero con destellos de ironía y agudeza. El resultado es un texto que, sin ser "fácil", es legible, disfrutable y profundamente inspirador.

La relatividad como narrativa

Uno de los ejes conceptuales del libro es la teoría de la relatividad, tanto en su versión especial como general, desarrolladas por Albert Einstein a principios del siglo XX. En términos generales, la relatividad especial reformula la relación entre espacio y tiempo, y la relatividad general describe la gravedad como una curvatura del espacio-tiempo causada por la masa. Estas ideas revolucionaron la física y sentaron las bases para muchas de las cuestiones que Hawking abordará posteriormente, como la naturaleza de los agujeros negros o el origen del universo.

Lo que llama la atención en Historia del tiempo es la manera en que Hawking presenta la relatividad como una historia. Una secuencia de descubrimientos, errores, replanteamientos y revelaciones. Explica, por ejemplo, cómo los conceptos de tiempo absoluto de Newton fueron desplazados por una visión más flexible y dependiente del observador.

Una imagen abstracta que representa el tiempo y el espacio con un túnel de gusano oscuro y estrellado, números de reloj grandes y azules flotando y distorsionándose, y manecillas de reloj en el centro.

En manos de Hawking, lateoría de la relatividad se convierte en una herramienta para pensar tanto el universo, como también la condición humana: la imposibilidad de un punto de vista absoluto, la importancia de las relaciones y la mutabilidad del conocimiento.

Un ejemplo notable es su explicación de la dilatación temporal. En un campo gravitacional intenso o a velocidades cercanas a la luz, el tiempo transcurre más lento. Esta idea, que podría parecer un juego especulativo, es ilustrada con ejemplos simples que apelan a la imaginación del lector. De este modo, Hawking logra que el lector experimente la teoría antes de entenderla del todo, como ocurre también en la buena literatura.

Tiempo, cosmos y preguntas eternas

Uno de los grandes logros de Historia del tiempo es vincular la física con las grandes preguntas filosóficas. ¿Tuvo el universo un principio? ¿Existe un borde en el tiempo o en el espacio? ¿Es posible conocer todo lo que existe? Estas preguntas, aunque nacidas del ámbito científico, han sido parte de la tradición literaria y filosófica desde la antigüedad.

En este punto, el libro de Hawking se hermana con obras que también reflexionan sobre el tiempo, como los cuentos de Borges (“El Aleph” o “El jardín de senderos que se bifurcan”), los relatos de Italo Calvino (Las cosmicómicas) o incluso las exploraciones de Proust sobre la memoria y la duración. Como estos autores, Hawking ve el tiempo como una dimensión esencial de la experiencia humana.

De hecho, uno de los conceptos clave que aborda es el de la "flecha del tiempo". La idea de que, aunque muchas leyes físicas son reversibles, el tiempo subjetivo solo fluye en una dirección. Esta aparente paradoja entre la simetría de las leyes y la irreversibilidad de la experiencia sirve como puente entre ciencia y literatura, entre medición objetiva y percepción subjetiva.

Un hito de la divulgación científica

Historia del tiempo no fue el primer libro de divulgación científica, pero sí uno de los más influyentes. En la década de 1980, hubo un auge en los libros y contenidos de divulgación, con autores como Carl Sagan, quien de hecho escribe la introducción a este libro y es famoso por su popular programa de televisión Cosmos en el que hablaba sobre ciencia y astronomía con la misma línea de Hawking, combinar rigor científico con estrategias narrativas.

También tuvo un impacto en la enseñanza, en el periodismo científico y en la representación de la ciencia en los medios. La figura de Hawking trascendió lo académico para convertirse en un ícono cultural. Quien apareció en series, documentales y biopics, siempre con la imagen del científico accesible, brillante y con sentido del humor. Esa imagen empezó a construirse con este libro.

Fotografía del científico y escritor Stephen Hawking.

Historia del tiempo trata más sobre el deseo humano de comprender que del universo en sí mismo. En ese sentido, comparte mucho con la literatura: ambos campos buscan dotar de sentido a lo inabarcable, encontrar patrones en el caos, contar historias que nos ayuden a vivir.

Stephen Hawking supo que la ciencia, para ser verdaderamente transformadora, necesitaba ser compartida. Y supo también que el lenguaje claro, la estructura narrativa y la apelación a la curiosidad son tan importantes como las ecuaciones. Este libro nos recuerda que entender el mundo también puede ser un acto de belleza, y que los relatos más asombrosos a veces están escritos en las estrellas.