El gran Gatsby es considerada una de las obras más importantes de la literatura norteamericana del siglo XX. Escrita por Francis Scott Fitzgerald y publicada en 1925, la novela sitúa su historia en la ciudad de Nueva York, un espacio que representa el escenario perfecto para reflejar las tensiones, ilusiones y excesos de una época conocida mundialmente como “los locos años veinte”.

Los años veinte y la posguerra

Tras la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos emergió como potencia económica y cultural. Fue una década marcada por la prosperidad material, el auge económico, la modernización de las ciudades y la expansión de nuevas formas de entretenimiento.

El jazz, los bares clandestinos a causa de la Ley Seca, los automóviles y el cine moldeaban un nuevo estilo de vida, se trataba de un mundo en el que todo parecía posible, pero en el que también se escondían profundas desigualdades y vacíos existenciales.

Fitzgerald, retrató en su obra ese universo de lujos, ambiciones y desilusiones. El libro, más que una simple historia de amor es una radiografía de la sociedad estadounidense en el período de entreguerras, sin duda se trata de un espejo en el que se reflejan los sueños rotos del ya conocido “sueño americano.

Portada de El gran Gatsby de Francis Scott Fitzgerald.

Los años veinte, a menudo idealizados por su brillo cultural, también contenían las semillas de la crisis económica de 1929 y de la desigualdad social. Fitzgerald supo capturar esa dualidad, la euforia del momento y la fragilidad de sus cimientos. El gran Gatsby se ha convertido, así, en una obra atemporal porque no solo habla de los sueños y fracasos de un hombre, sino de las aspiraciones y desilusiones de toda una nación.

Hoy en día, su vigencia se mantiene. El sueño americano, entendido como la posibilidad de alcanzar la felicidad y el éxito a través del esfuerzo individual, sigue siendo cuestionado y debatido. La novela nos recuerda que, detrás de los lujos y las apariencias, pueden esconderse la soledad, la pérdida y la corrupción.

Simbolismos en los elementos de El gran Gatsby

El gran Gatsby está cargado de símbolos que enriquecen su interpretación, cada objeto, lugar y color pueden tener gran significado:

1. Art déco y grandes edificios

La arquitectura descrita en la novela es un símbolo del exceso y de la aspiración desmedida, inspirada en el estilo “art decó”, refleja una arquitectura monumental y decorativa, cargada de ostentación. Long Island aparece dividida en dos polos, “West Egg”, donde vive Gatsby, representa a los nuevos ricos que han acumulado fortuna de forma reciente y cuestionable; y “East Egg”, donde habitan las viejas familias adineradas como los Buchanan, símbolo de tradición, linaje y poder social establecido, representando así una división.

Foto del edificio Empire State de Nueva York.

2. La luz verde

Situada al otro lado de la bahía, la luz verde del muelle en la casa de Daisy, representa la esperanza, el deseo inalcanzable y la promesa del futuro. Para Gatsby, quien la ve cada noche desde su propia playa, es el motor de su vida, incluso hay una canción de Taylor Swift que retoma este símbolo.

3. El reloj roto

Cuando Gatsby por fin puede reencontrarse con Daisy en la casa de Nick, sin querer tira el reloj de una repisa, lo que solamente deja al descubierto el nerviosismo que ambos sentían en ese momento. Este reloj podría simbolizar el tiempo detenido y la imposibilidad de recuperar el pasado para la pareja.

4. El valle de cenizas

En la novela, el valle de cenizas es un lugar desolado y sombrío, una franja de tierra contaminada que se extiende entre los opulentos East Egg y West Egg y la vibrante ciudad de Nueva York. A diferencia de las glamurosas fiestas y las ostentosas mansiones que dominan gran parte de la narración, el valle de cenizas es un purgatorio de desperdicios industriales y ruina humana.

Es un lugar donde las cenizas cubren todo, desde las casas hasta las personas que viven allí, simbolizando la suciedad y el costo que la búsqueda desenfrenada de la riqueza ha dejado a su paso.

5. Los ojos del Dr. T.J. Eckleburg

Dominando el paisaje gris y sombrío del valle, se encuentra el enorme cartel publicitario del Dr. T.J. Eckleburg, con sus ojos enormes y sin pupilas. Aunque es solo un anuncio abandonado, sus ojos parecen observar todo lo que sucede en el valle, creando una sensación de que una figura omnisciente está observando y juzgando.

El cartel, con su significado deteriorado, refuerza el tema del declive moral y espiritual de la sociedad. En un mundo donde Dios ha sido reemplazado por la búsqueda de la riqueza, estos ojos se convierten en un sustituto vacío, un símbolo de la vigilancia sin conciencia y la pérdida de valores.

6. El Jazz

Una cosa es cierta, y es que el jazz está profundamente ligado a la obra de Fitzgerald, incluso artículos académicos mencionan que fue el mismo autor el que acuñó el término “Jazz Age” para referirse a este periodo que transcurrió principalmente en los años veinte en donde la popularidad del jazz estalló.

El jazz en El gran Gatsby es una especie de eco que se escucha al fondo, ¿cómo puedes imaginarte una fiesta sin música? Ahí es cuando el jazz hace acto de presencia, inundando la atmosfera de aquellas fiestas que relata el libro.

El gran Gatsby y la literatura norteamericana

Cuando apareció en 1925, la novela no fue un éxito inmediato, lo que desmotivo a Fitzgerald, incluso él murió pensando que su obra había sido un fracaso. Sin embargo, con el paso de las décadas, se consolidó como una de las piezas clave de la narrativa norteamericana. Su estilo elegante, sus descripciones cargadas de simbolismo y su capacidad para captar el espíritu de una época la convirtieron en lectura obligatoria y en un referente de la modernidad literaria.

A través de la voz de Nick Carraway, Fitzgerald nos introduce en la vida de Jay Gatsby, un millonario hecho a sí mismo que organiza grandes fiestas con la esperanza de recuperar a su antiguo amor, Daisy Buchanan. Pero bajo la superficie de glamur y riqueza se esconde una crítica mordaz a la superficialidad, el egoísmo y la corrupción moral de una sociedad obsesionada con el éxito material.

Fotografía del escritor estadounidense Francis Scott Fitzgerald.

El gran Gatsby es un reflejo de la mentalidad y de la estética de aquel tiempo, de los locos años veinte, época en la que el Art Decó hizo su aparición en el mundo de la moda y del diseño, en la obra Fitzgerald logra cautivas toda la esencia de la época, un mundo abierto a la modernidad, lujoso y extravagante, justo aquí es donde se fusionan estas referencias, tanto de diseño como de música.

La novela, enriquecida con su arquitectura simbólica, con la música del jazz y el brillo del art decó, representa uno de los momentos más intensos de la literatura norteamericana. En ella, los locos años veinte cobran vida, y con ellos la eterna tensión entre la esperanza y la desilusión, entre la apariencia y la verdad, entre el sueño y la realidad.