Los diccionarios forman parte de todas las etapas de la educación e incluso de la vida profesional. Gracias a la gran diversidad que existe, se pueden consultar desde diccionarios escolares hasta diccionarios de temáticas específicas. Sin embargo, la digitalización ha ocasionado que su uso analógico quede cada vez más abandonado y que, por lo tanto, la experiencia plena de utilizarlos se haya olvidado. Es por esto que Larousse creó el webinar “Letras, palabras y diccionario”, para ayudar a los docentes a acercar a sus hijos y alumnos a la búsqueda manual de palabras en el diccionario.

La importancia de los diccionarios

Su función principal y más evidente es la de ayudar a encontrar el significado de diversas palabras, pero esta ventaja se podría lograr también con un diccionario digital. El mérito de los diccionarios impresos radica en incitar al autoaprendizaje, ampliar el vocabulario, mejorar la ortografía, comprender el sentido figurado de las palabras y el contexto en el que se usan.

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Cuando un niño busca una palabra en el diccionario, se encuentra con muchas otras que llaman su atención y lo incitan a aprender más. Asimismo, desarrolla la habilidad de reconocer qué clases de palabras está investigando y profundiza su conocimiento no sólo de la ortografía, sino también de la gramática. La tarea de deducir que debe buscar los verbos en su forma infinitiva, los sustantivos en masculino y todas las palabras en singular, implica un proceso cognitivo que potencia la comprensión de la lengua y sus diversificaciones. Para los hablantes de otra lengua, los diccionarios representan la posibilidad de seguir aprendiendo y resolviendo sus dudas; mientras que para los hablantes nativos es una forma de profundizar y perfeccionar su propia lengua.

Los peligros del diccionario

De acuerdo con el educador Francisco Martínez, una de las más grandes desventajas del uso de diccionarios impresos es que si el docente o los padres no crean una buena relación entre el diccionario y los niños, se puede perder por completo su interés en utilizarlos. También es posible que, al no encaminarlos de forma correcta en cómo buscar las palabras, sientan frustración y prefieran no conocer el significado o simplemente buscarlo en internet. El primer paso es plantear una enseñanza amigable y gradual sobre cómo consultar el diccionario, pero después se deben seguir propiciando espacios en los cuales los niños sientan la curiosidad de no sólo buscar una palabra, sino explorar las distintas posibilidades que se les presentan.

Talleres para usar el diccionario

Reconociendo la urgencia de invitar a los niños a utilizar los diccionarios impresos, Larousse ofrecerá este verano un curso para docentes en el que aprenderán cómo crear una relación de curiosidad y aprecio entre el diccionario y los estudiantes.

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Las estrategias didácticas son diversas y se adaptan a todas las edades e intereses. Desde reconocer cuáles son las abreviaturas que acompañan a cada palabra, hasta breves análisis filológicos del origen de los vocablos definidos, los adultos serán capaces de crear la seguridad en los niños de que podrán consultar cualquier diccionario que deseen y encontrar más de lo que están estudiando. El uso del diccionario se da por hecho en las aulas, pero esta actitud es la que ha ocasionado que los estudiantes le tengan miedo o apatía. Es necesario devolver el poder al niño para que reconozca que la lengua es suya para conocer, analizar y transformar, siempre acompañados de una fuente de información confiable que le describa la lengua y la realidad como es en su presente.