El último verano de Klingsor (1920) es una de las obras más introspectivas y simbólicas de Hermann Hesse, Premio Nobel de Literatura. Escrita tras Demian y poco después de la Primera Guerra Mundial, esta novela corta representa una poderosa meditación sobre la dualidad humana y la búsqueda del sentido profundo de la existencia.

El protagonista, Klingsor, es un pintor expresionista que se retira a un pueblo suizo para vivir sus últimos meses en contacto con la naturaleza, el color y la sensualidad. En esa atmósfera luminosa del sur, lucha entre el goce del cuerpo y la aspiración espiritual, mientras percibe que su final se acerca.

Más que una simple narración, Hesse construye aquí un retrato literario profundamente autobiográfico, marcado por el agotamiento físico, las rupturas personales y una transformación interior. El conflicto entre arte, placer y trascendencia convierte este libro en una pieza fundamental dentro de su obra.

Una lectura imprescindible para amantes de la literatura reflexiva, del existencialismo y del simbolismo alemán del siglo XX.