Los hijos imitan a los padres: ¿cómo generar buenos hábitos en ellos?

Debido a la convivencia continua entre hijos y padres es que ocurre la imitación de los primeros a los segundos. Sin embargo, no sólo ocurre en la infancia sino que ocurre a lo largo de su vida. Por lo tanto, ¿cómo es posible inculcar buenos hábitos en los hijos a partir de la imitación?  

¿Qué imitan los hijos? 

De acuerdo con el psicólogo Luis Pino, lo más imitado por los niños son las emociones de los padres y cómo las expresan. Debido al vínculo que los une, las principales emociones que comienzan a aprender son el cariño, el amor, la ira, la contención, la envidia y el desprecio.  Con lo anterior se puede observar que los hijos no sólo aprenden emociones y conductas positivas: también absorben los defectos que los padres tienen. Esto no es una razón para asustarse: aunque se haya cometido un error, se puede corregir para sentar un buen ejemplo.  La psicóloga educacional María Julia Cárdenas explica que los niños también imitan comportamientos concretos de los cuidadores, como gestos, el tono de la voz, los hábitos y los movimientos.    Los actos son más fuertes en el proceso de conformación de su personalidad que las palabras: por más que un padre les diga que lo correcto es comportarse de una forma, si no lo demuestra con actos, el niño no lo comprenderá. 

Los padres no son los únicos imitados 

Que no cunda el pánico. Lo anterior suena a que los padres deben ser perfectos para criar a un hijo perfecto; sin embargo, esto no existe, y todos cometemos errores y tenemos defectos.   La conformación del carácter de un ser humano no está basada exclusivamente en la imitación de los padres, aunque sea el elemento más importante. También existen factores genéticos y sociales que lo ayudan a moldear su personalidad.   Aunque durante la infancia los hijos consideran que sus cuidadores son héroes y no tienen defectos, en la preadolescencia comenzarán a buscar otros modelos que imitar, lo cual es perfectamente sano. Asimismo, hay elementos biológicos y psicológicos con los que el niño ya nace que lo vuelve diferente a todos los demás, incluso a su propia familia.  

¿Qué hábitos buenos pueden imitar mis hijos? 

Todos tenemos más o menos claro qué valores morales y qué sentimientos son deseables en los niños. Sin embargo, cuando hablamos de hábitos diarios el tema se puede complicar un poco.    Es importante aclarar que la imitación de los padres no es algo voluntario, sino inconsciente, es por esta razón que incluso adolescentes rebeldes y adultos ya bien formados siguen teniendo conductas de los padres, pues no pueden evitar hacerlo.  Gracias a esta imposibilidad de evitar imitar actitudes, es que los padres pueden inculcar buenos hábitos en los hijos aunque sean cosas que normalmente les resulten “desagradables” o “aburridas”.  [caption id="attachment_1272376" align="aligncenter" width="600"] ¡Consigue este material aquí! Y deja que tus hijos lean contigo.[/caption] Algunos ejemplos de esto son la higiene personal, como el baño diario y lavarse los dientes constantemente, o la limpieza del hogar, como tender su cama y lavar los trastes.  Asimismo, los hábitos de estudio y de aprendizaje, a los que podrían mostrarse reticentes, se pueden enseñar casi exclusivamente a través de la imitación. La mejor forma en que un niño tome libros y los lea de forma voluntaria, es haciéndolo uno mismo. Para parecerse a los padres, comenzarán a interesarse por los libros.   [caption id="attachment_1272377" align="aligncenter" width="600"] Que tus hijos aprendan uno de los mejores hábitos: el de la lectura. Consigue este libro aquí.[/caption] Algunos materiales que podrían interesarle para que lean de forma conjunta, y que les enseñe sobre la importancia de la lectura, son El maravilloso mundo de los libros, donde aprenderán con ilustraciones sobre la historia de la literatura; y 101 buenas razones para leer.  Si tú tampoco tienes el hábito de la lectura, estos libros y tu hijo serán la excusa perfecta para incluirlo en tu vida diaria.     Fichas técnicas Autora por el texto: Beatrice Masini; Ilustradora: Long Guillaume; Título: 101 buenas razones para leer; Formato: Rústica; Editorial: Anaya; Colección: Ocio y conocimientos; Traductora: Ana Garralón; Idioma: Español; Año edición: 2012. Autora por el texto: Ana Alcolea; Ilustrador: David Guirao; Formato: Cartoné; Editorial: Anaya; Colección: Ocio y conocimientos; Idioma: Español; Año edición: 2022.